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Desde siempre, ha existido la violencia doméstica, aunque no quisiera generalizar, pero que existe, existe. En mi opinión, esto es injustificable. No hay razón para el maltrato.
Este tema, es para que la mujer tome conciencia en cuanto a esta situación, polémica y difícil, que se vive en muchos matrimonios.
Quiero referirme a un caso en particular, de alguien que me contó su historia. Decidí escribirlo y darlo a conocer, para que otras personas no caigan en lo mismo y traten de conocer mejor a su pareja antes de entablar una relación seria. Escucha a tu corazón y a tu intuición, ve con los ojos bien abiertos; no todo lo que nos muestran en el primer instante es verdad.
Esta chica tuvo su primer matrimonio en su país, después de tantas desilusiones y maltratos, decidió dar por terminado su relación. Desesperada por este rompimiento decidió mudarse a este país, buscando una mejor oportunidad. Después de algunos meses de tranquilidad, por medio de una amiga conoció al hombre que sería su segundo esposo.
La química con él fue (según ella), de maravilla y tan grande que al poco tiempo se hicieron novios. Este hombre decía las cosas «correctas», en el momento correcto, eso hizo que ella se enamorara. Luego de unos meses se casaron. Él le decía que la amaba, que quería formar una familia y que ya no se imaginaba una vida sin ella. Los primeros meses marcharon bien. Salían a cenar, de compras, en fin, todo «parecía de película». Salió embarazada de este hombre maravilloso y romántico.
Pero mucho ojo, no siempre es bello lo que vemos en primer instante. Y, como dice un refrán «no todo lo que brilla es oro». Este hombre lleno de «virtudes» no era lo que parecía…
Este es un consejo, que te ayudará a descubrir si realmente esta maravilla de la naturaleza es real. Si encuentras algo que no te agrada de él, no te hagas de la vista gorda, sé inteligente y sigue tu camino, que, de seguro, otro mejor aparecerá en tu vida.
Un aspecto fácil, de fijarte si el, esconde algo, es en la mirada. Quien nada esconde, mira a los ojos cuando habla. De lo contrario, demuestra que no está siendo sincero.
Y, siguiendo con la historia, todo iba bien, hasta después de tener a su hijo, se dio cuenta que él no era lo que creía de él.
El, ya no pudo ocultar realmente lo que era en realidad. Tenía una alta capacidad de engañar, hacía trampas, robaba, y, por último, descubrió que andaba en drogas. Comenzó a maltratarla verbalmente con insulto, hasta que llegaron los golpes. Ella por supuesto, se traumo tanto que cayó en depresión. Así pasaron muchos meses llorando en silencio.
Según ella, le daba miedo decir algo a su familia, así que guardar silencio fue su mejor opción.
En una ocasión él, le contó que su infancia fue terrible, su padre maltrataba a su madre, fue muy duro con él, que cuando se acordaba de todo aquello se enfureció.
Claro está, estas personas necesitan tener a su lado a alguien con quien desahogar toda su amargura.
Estos hombres suelen tener doble personalidad. Son encantadores, por un lado, crueles y sarcásticos por otro.
Ellos necesitan de personas sumisas que se sometan a su voluntad. Yo simplemente los llamaría psicópatas.
Según ella, no encontraba salida. Su matrimonio se convirtió en un infierno, seguían los insultos y maltratos.
Sucedió que él tuvo que viajar a su país, según él, por «negocios». Esta vez, se armó de valor y le pidió el divorcio.
Le dijo: Me quiero separar de ti, no te tengo miedo, eres una persona con problemas. Solo quiero tranquilidad para mi hijo.
El no protestó, solo pidió que espere su regreso.
Al regresar, lo detuvieron en el aeropuerto, lo metieron a la cárcel, por traer drogas al país. Ya estaba escrito, que así tenía que ser.
Ella obtuvo el divorcio, y se mudó de estado. Ahora es una mujer libre. Se educó, tiene un buen trabajo y no necesita de nadie. Que bueno, al final de todo, ella hizo lo que tenía que hacer.
“Recuerda… que, en este mundo cruel, muchos lobos se ocultan bajo la piel de un cordero”