Hasta ahora nosotras intuimos o nos imaginamos que los hombres son de otro planeta diferente. Pero, ¿te has preocupado en verdad por aprender a hablar en su idioma?
Nadie sabe exactamente el por qué una buena comunicación se empieza a deteriorar. Debe ser parecido a una erosión gradual porque nadie recuerda la mañana en que cada uno despertóhablando en otro idioma, me refiero a sus diferentes puntos de vista que hasta entonces no se habían percatado de ellos; sobre la vida matrimonial, lo que tu quisieras o, lo que él prefiere.
Yo aconsejaría, primeramente, reservar las conversaciones serias para el momento y el lugar preciso. Por esta razón, no es buena idea comenzar una letanía de todas las cosas que quisieras reclamar o decirle a tu pareja, peor aún en el momento de la cena.
Todos sabemos la importancia de encontrar el mejor momento, pero a veces, por alguna razón, o impaciencia no lo entendemos.
Además, si hay algo que nos llena de resentimiento, es el hecho de que los hombres muchas veces se encierran en sí mismos y no escuchan razones. Nosotras las mujeres en este caso, debemos de tener una actitud positiva, de lo contrario, arruinaríamos la oportunidad de ser escuchadas, porque agotamos la paciencia masculina por no saber esperar el momento preciso. Es verdad que, a nadie de este planeta, le gusta tener que escuchar reclamos en un momento inapropiado o, en el preciso momento en que entra a casa después de un arduo día de trabajo.
En lugar de bombardear a tu esposo con reclamos en cuanto cruza el umbral de la puerta, intenta darle una sonrisa o un besito y preguntarle cómo te sientes, como te fue el día en el trabajo, etcétera. Si por el momento no deseas hablar nada serio, de alguna queja del matrimonio, de tus hijos, de la vida sexual o problemas financieros, lo que debes hacer es programar las conversaciones que sí, te aquejan con anticipación, y decidir cuál es el mejor momento para hablar sin interrupciones.
Tampoco es aconsejable comenzar el dialogo, gritando, llorando o peor insultando. Con calma, buena actitud, y paciencia, hasta una piedra se ablanda. Estudios científicos dicen que el cerebro masculino está orientado a dar soluciones con poca información; el bla, bla, bla para ellos sale sobrando. A todas las mujeres nos gusta narrar las conversaciones con detalles y, esto es precisamente lo que los hombres odian. Por esto, es que digo que son de otro planeta…
Usa tu inteligencia y atrapa su atención. Aunque a los hombres solo les interesa ir por el meollo del asunto, tienes que aprender a llamar su atención para que pueda comunicarse mejor contigo. No le permitas que se altere, si esto llegase a ocurrir, dile, mejor dejemos este asunto para otra ocasión; pero ya le has dejado el gusanito en su interior, y seguramente lo pensará en silencio, y hasta él mismo buscará nuevamente la oportunidad de seguir hablando contigo, porque de que son curiosos, lo son.
Si finalmente, él quiere escucharte, es importante que sepas aligerar la conversación. No empieces con: «Necesito hablarte de algo» porque el universo de tu esposo se vendrá abajo, entonces te evitará y no te escuchará.
Un consejo muy bueno es no exigirle demasiado y mostrarle cuánto aprecias su apoyo y su opinión. En caso de que sí hayan llegado a un buen entendimiento razonable, dale las gracias y un cariñito, de esta manera, él aprenderá a escucharte y le será mas fácil para una próxima ocasión.
Tampoco hagas largas tus historias, a muchos hombres no les gustan los temas con principios, intermedios y finales. Les gusta terminar rápido con el asunto.
Si no te puedes conectar con tu marido inmediatamente, no te desanimes. Vuelve a intentarlo varias veces con diferentes técnicas hasta que des, con la que más favorezca, para que ustedes dos se comuniquen y se escuchen mutuamente.
Y, para terminar, les recuerdo: que para que él ponga atención a lo que dices, debes ser BREVE, CONCISA Y PRECISA.