Hay que agradecer a Dios por este nuevo año. Es posible que lo podamos vivir completo.
Tenemos que proponernos pasar cada uno de sus días con fe, en uno mismo y con profunda fe en Dios que lo vamos a lograr.
En el último día del año, siempre nos prometemos dejar atrás el año viejo con todas sus adversidades, lo malo que nos pasó, o lo que hicimos mal. Al comenzar el Año Nuevo, prometemos ser mejor humanos en todo, de rectificar nuestra manera de ser y de vivir, pero casi nunca cumplimos, y seguimos en la misma situación.
Amigos, el tiempo no es solamente un lapso entre la cuna y la tumba, sino un periodo para cumplir un proyecto de superación personal y de solidaridad.
Si quieren un Ano Nuevo feliz de verdad, no busquen la dicha en lo incierto o vanidades, ni en cosas materiales. Busca la felicidad genuina en las riquezas espirituales y proponte ser mejor ser humano para tu propia tranquilidad, la de tu familia y la de tus queridos amigos. Así podrás cumplir tu misión de comunicar esperanza, de irradiar luz y de dar amor.
Cultiven la confianza, se que son capaces de muchísimo más de lo que imaginan.
No es que somos seres omnipotentes como dios, pero, con esfuerzo y deseo razonables se lograra lo que hemos prometido para obtener una vida mejor, tranquila y sobre todo saludable.
Si por una razón u otra no has tenido éxito en algún proyecto que quisiste comenzar, eso no quiere decir que tus posibilidades se agotaron para seguir adelante.
Sencillamente se aprende a sacar ventaja de los errores cometidos. Solo hay que examinar las causas de lo fallido y aprovechar la experiencia de estos errores, ante un nuevo plan, persiguiéndolo inteligentemente hasta verlo realizado.
No hay que perder el tiempo en lamentaciones vanas, mira con esperanza todo lo que puedas hacer y la probabilidad de salir adelante.
Hay un dicho que lo leí en alguna ocasión que dice así:
“Si hallas un camino sin obstáculos es porque, antes, otros los removieron” …esto es para que se den cuenta que nada es fácil, pero nunca difícil cuando hay interés, y sobre todo ganas de seguir adelante y obtener lo que queremos, siempre con buenas intenciones y con muchos deseos de progresar.
Vive alegre. Tus pensamientos de felicidad son factores positivos de tu bienestar y de la alegría que irradies a tus familiares y amigos. Vive alegre para que estimules tu optimismo y para que afirmes tu entusiasmo de vivir, convivir y trabajar.
Siente la alegría agradecida de gozar de estar vivo, de estar saludable. La sana alegría atrae la buena salud y deja en libertad las potencialidades positivas. Estar enfermo da desequilibrio.
Hay que tenerle amor a uno mismo, porque es espontáneo de la naturaleza humana. Si nos amamos de verdad, contribuiremos a mejorar la salud del cuerpo, el equilibrio del psiquismo y mental.
Debemos vivir serenos y no alterados. Es placentero para uno mismo y para los relacionados ser amables, solidarios y demostrar que somos felices, y no ser indiferente ante los problemas ajenos. Si podemos ayudar a alguien en problemas porque no. siempre demos la mano al más necesitado.
Por último: el tiempo que perdiste en tonterías, durante el año que terminó, ya se quedó atrás y perdido; pero no la esperanza de iniciar, “un nuevo año” con propósitos de renovación personal. Proponte metas realistas y nobles.