*******************************************
A las mujeres siempre se nos ha dicho que somos demasiado emotivas, sensibles y hasta exageradas, solo para compararnos desfavorablemente con los hombres, tan controlados, tan medidos, tan juiciosos y tan… tan… Eso, sin embargo, no pasa de ser una fantasía inventada por ciertos hombres para interiorizarnos. Lo quepasa es que, para ellos, la racionalidad y el control son unos ideales que quisieran alcanzar y no pueden, aunque creen que sí. Y claro, les encanta decirnos que nuestras cabecitas no dan para mucho; y que ellos son mejores en todos los sentidos. ¿Sera? Veremos.
¿En realidad somos o nos hacemos emocionalmente diferentes? Según mi punto de vista, hay una variable de género en la evaluación de las competencias emocionales entre los dos sexos.
Al varón, los padres los crían como soldados fríos sin emociones, diciéndoles, que no se comporten como niñitas, que el hombre no llora, que el hombre no grita, que el hombre no patalea, que eso es de niñas.
Según ellos, las mujeres son las que tienen que gemir y hacer todo los que ellos no pueden; que los hombres son fuertes, los reyes, los absolutos en el poder…y con todo esto han ganado una sociedad de hombres insensibles, prestos para toda clase de guerras, pero perdidos en el trato con las féminas y, además machistas.
Realmente a la mujer yo la calificaría como más emotiva en toda la expresión de la palabra. Desde pequeñas las mujeres somos más despiertas, más cariñosas, más hablantinas, hasta más atrevida en el trato con los hombres.
Los entendidos en esta materia, creen firmemente que los defectos que los hombres han atribuido a las mujeres durante siglos, son de hecho nuestra fortaleza.
Las emociones, con todo lo que conlleva, la inconstancia, la histeria, la frustración y así sucesivamente, son simplemente sintomáticas de una sensibilidad más marcada.
Una sensibilidad femenina que permite a la mujer adaptarse más fácilmente al mundo que la rodea, siendo capaz de simpatizar mejor con los demás.
Se dice que el cerebro de la mujer y el del hombre son diferentes por naturaleza; teniendo además el femenino alguna ventaja.
Sobre esta base subyace la teoría que el vivir plenamente nuestras emociones nos ayuda a sentirnos más seguros y contentos con nosotros mismos. Sin embargo, como aseguran los entendidos en este tema, «se nos ha enseñado a pedir perdón por nuestras lágrimas, a reprimir nuestra ira y a esconder nuestros miedos, solo por no ser llamados histéricos». Aunque hay estudios psicológicos que han llevado a cabo sobre las diferencias fundamentales del hombre y la mujer, el resultado ha sido que no existen diferencias aparentes entre emotividad de niños y niñas.
Por otra parte, creo que las mujeres demuestran un poco más sus emociones y sus efectos tienden a ser más apasionados que los hombres. En sus amores, experimentan mayores alegrías y más profundas tristezas; pero ellos por su parte, tienden a hacerse un concepto más romántico que nosotras de la relación amorosa. Son los primeros en enamorarse cuando inician una relación, pero les resulta muy difícil terminarla.
Solo les digo, que todo este teje y maneje, es solo asunto de la educación que tuvimos de niños, de una educación social que cualquier otra cosa.
Cuando le digan a usted, por ser mujer, que es demasiado emotiva y excesiva en su demostración, no lo crea.
Y si usted presenta esas características, son simplemente aprendidas. Así que olvídate de ellas. En resumen, sea lo que sea y digan lo que digan, la emotividad no solo es de mujeres, ellos también tienen lo suyo.
Finalmente, No se rompa la cabecita pensando en la diferencia del hombre versus mujer. Goce la vida, viaje, haga el amor y disfrute el ser mujer.