Me parece que la idea de la belleza cambia siempre. ¿Pero cuál es la de hoy? Ciertamente la idea de que la belleza y la feminidad proviene de ser débil y desvalida por mucho tiempo está totalmente desechada.
Como la sociedad, nuestra idea de la belleza significaba que debíamos de fragmentarnos. Hoy, para ser bella, hay que ser una mujer plena. La plenitud debe existir en todos los niveles; emocionalmente, intelectualmente, físicamente y espiritualmente.
El peso de la belleza ha recaído predominantemente sobre la mujer. La belleza es una carga cuando las mujeres sienten que se trata solo de su aspecto exterior. Las mujeres necesitan nutrir sus personalidades, abrazar la idea de aceptarse y amarse a sí mismas.
Hubo un tiempo en que el poder de una mujer se medía solo por su belleza, (como sucedía con las candidatas de los diferentes países, para Miss Universo que tenían que ser bellas y tener exactamente las medidas requeridas. Ahora, no solo eso ha cambiado, sino también la idea misma del poder.
La belleza es un proceso constante de enriquecerse, volverse más poderosas, desarrollarse y divertirse al mismo tiempo. Las mujeres están redefiniendo su idea de cómo es la belleza, de cómo es una mujer multidimensional.
Ahora es muy importante distinguir entre estos dos términos: belleza y atractivo y su significado. Actualmente existe una tendencia muy acusada de conseguir el atractivo personal, que es el que pone la nota diferencial en la mujer, que no necesariamente tiene que ser una belleza de calendario. Es el ATRACTIVO el que la distingue de las demás mujeres y la personaliza. La mujer que logre que su atractivo por su buena educación, manera de comportarse y llegue a las personas que la rodean, habrá conseguido ajustarse a la belleza ideal de nuestro tiempo, sin ser la reina Cleopatra.
Yo afirmo, y tengo un lema, digo, que no existen mujeres feas, sino mal arregladas. Y es cierto.
El mundo cuyos sentimientos y sensibilidad han evolucionado hacia una mayor libertad de conceptos, se dirige hacia una personalización de la belleza, realizándose cada persona de acuerdo con sus gustos y forma de vida. Ya existe un mayor acercamiento de los conceptos de belleza del hombre y de la mujer por igual; salvando, naturalmente, las distintas sensaciones provocadas por la sensualidad masculina y femenina.
Cabe observar que, si bien la belleza se dirige hacia las industrias de cosméticos y a esa personalización, los intereses comerciales y los medios de comunicación como; radio, televisión, y prensa, producen por el contrario un fenómeno de masificación, provocado en parte por las industrias de consumo. Estas industrias crean, en determinados ciclos, distintas modas o conceptos para poder mantener así un nivel de producción rentable.
La moda realmente evoluciona más lentamente que todo el comercio de cosméticos. La mujer puede conservar su atractivo y belleza por encima de esos vaivenes de la moda, puesto que estos cambios son en realidad puramente superficiales. Si usted se siente bien, atractiva y bella con su forma de vestirse o de maquillarse, ese es su atractivo y su forma de decir esta soy yo.
La personalidad es muy influyente también, ya que muchas mujeres se caracterizan por el deseo de libertad, de vivir con mayor naturalidad posible. La belleza, como ya lo dije, está influenciada por estas tendencias. Es precisamente ahora cuando la mujer inicia la época de personalización y es cuando es más fácil encontrar a mujeres totalmente extraordinarias, con personalidad propia.
Hoy más que nunca es cuando la mujer sabe recoger para su propio bien, lo que posee de sí misma, desechando aquello que no le conviene o que huele a estándar.
Por último: la gracia en los movimientos, en la mirada, o en una simple sonrisa puede hacer bella a quien, por un análisis por partes, calificaríamos de “fea”. Esa “personalidad” es el factor que toda mujer, “bella o fea”, debe buscar y encontrar. Poco le sirve a una mujer su belleza, si su propio clasicismo hace de ella una persona aburrida y amargada.