Enterarse de que tu pareja te fue infiel es decepcionante y quizás termina acabando la confianza que tuvieron durante mucho tiempo. Esto puede ser peor cuando con esta traición queda un hijo fuera del matrimonio.
Seguramente a quien le sucedió, se preguntó: ¿por qué me ocurrió esto a mí, si yo he sido una buena mujer, etc. Quizá no tenga respuesta, y no encuentre explicación, lo peor es que no puede cambiar esa situación que ya se dio.
La infidelidad ya ocurrió, no se puede regresar el tiempo. Hay que ser valiente, afrontar el momento, no se debe atemorizar ni cambiar las cualidades y características que la hacen única. Es cierto que se pasa por una crisis que marca, pero, no hay que llenarse de rencores.
Es necesario vivir el proceso del resentimiento, ponga en una balanza los pros y los contras de su relación. Si decidió perdonar, y si desea salvar su relación, hay que superar ese episodio y continuar.
Conocí de cerca esta situación con un chico que estaba de novio, pero, andaba poniéndole los cuernos a la novia con otra. Esta chica para que se casara con ella, se embarazó. Cuando todo quedó al descubierto la novia del chico protestó, lloró, sufrió, pero, según sus propias palabras, lo amaba tanto que no rompió su compromiso, superó el episodio; lo perdonó y siguió su relación. Creo que aún más fortalecida y sólida, se casaron y todo está bien con ellos, tuvieron un par de mellizos.
Lo que pasó con la chica: tuvo a su hijo. El padre del niño nunca lo abandonó, le dio el apellido, lo mantiene y le da todo el amor que un padre puede proporcionar a un hijo. Es más, lo adora. Es de suponer, es su primer hijo. Desde pequeñito el niño todos los fines de semana lo pasa con el padre y la esposa.
En mi opinión sobre estos casos, y de acuerdo con algunos psicólogos especialistas en terapia de parejas, si la pareja no puede sobrellevar la situación, es aconsejable que busquen asistencia médica; porque no todos estos casos o situaciones son fáciles de llevar.
También es cierto que el hombre que tiene un hijo extramarital debe confesárselo a su pareja.
Debe asumir la responsabilidad moral y económica frente al hijo fuera de la relación. Las terapias psicológicas ayudan a superar ese momento para no convertirse en el paño de lágrimas de nadie.
Por otro lado, también es aconsejable que después que el niño tenga uso de razón, contarle lo sucedido y del porqué su papá no vive con él. Hablarle con la verdad, que conozca su situación real.
Es verdad que un hijo extramarital desencadena la inseguridad de la mujer casada. El daño emocional de la infidelidad del esposo puede expresarse a través de la depresión y dar lugar a un proceso de duelo que incluye angustia, aversión, culpa, vergüenza, y temores acerca de la relación de pareja. A pesar de esta realidad, al hijo fuera del matrimonio no se le puede negar el derecho a su propia identidad, de conocer quién es su progenitor.
La esposa tiene que establecer un periodo de prueba acordado por ella, mientras elabora el duelo y la aceptación, siendo consciente que la relación pasará a otra etapa de mayor madurez, menos idealizada.
Hay que aceptar que la pareja asuma la responsabilidad económica y moral del menor. Un hijo extramarital tiene el mismo derecho y valor que un hijo legítimo y debe ser tratado por igual.
Es muy importante que la pareja que ha decidido darse una nueva oportunidad establezca qué tipo de relación se va a tener con la madre del hijo fuera del matrimonio, porque se van a seguir viendo y tratando por la felicidad del niño.
Las parejas deben luchar por su hogar. Se debe entender que un matrimonio no se debe acabar en ningún momento, así exista un hijo extramatrimonial. Existen aspectos a tener en cuenta antes de tomar esa decisión. Además, ¿qué culpa tiene el niño de haber venido en esas condiciones?