El amor es un arte, que a medida que va creciendo, se va perfeccionando. Los amantes van conociendo juntos nuevos caminos y eso les posibilita entregarse cada día más, con mayor libertad y sabiduría.
Sí, amar es un arte. Y todo arte exige un proceso de aprendizaje. El amor erótico, en particular, es uno de los artes más difíciles de dominar, pero cuyos logros se vuelven en una vida satisfecha.
Cuando le comenté sobre esto a una amiga, que lleva algunos años de casada, se me quedó mirando un tanto asombrada. No pude evitar, y le pregunté: ¿Qué ha cambiado entre tu esposo y tú, durante todos estos años juntos? Su pensativo silencio me dio la respuesta: “Mucho”. En ese momento se volvió a interesar en el tema. El amor es un arte, le repetí, porque en la medida que va creciendo se va perfeccionando. Los amantes van conociendo juntos nuevos caminos y eso les posibilita entregarse cada día más con mayor libertad y, por supuesto, con mayor sapiencia.
Ahora bien, esto de que el amor sea un arte es perfectamente aplicable a todo tipo de amor: el amor a los padres, al amigo, a Dios. Pero el amor erótico, el amor de pareja, es diferente por su carácter exclusivo. Y es exclusivo, porque exige una entrega diferente: “la entrega de la intimidad”. Equivocados están los que piensan que el amor erótico es tanto mejor en relación proporcional, al número de conquistas. El amor erótico se supera a sí mismo en la calidad y la profundidad con que se descubre el cuerpo del otro, y eso solo es posible con la constancia, el deseo de entregarse y la permanencia de la pareja.
Hablemos del comienzo del matrimonio. ¿Qué puede resultar bien en la noche de bodas? Los novios están con la tensión de los largos meses de preparación para el matrimonio. Los amigos del novio insisten, aunque sea de pésimo gusto, en emborrachar al novio. Las amigas de la novia, y nada agradable tampoco, se esfuerzan por hacer bromas grotescas sobre “lo que va a pasar” Esto es para aquellas chicas que no han tenido experiencias sexuales antes del matrimonio, y, si lo han tenido, esta bien; ahora eso ya no es ningún tabú.
Si la primera vez, usted cree que fue lo más maravilloso que le pudo suceder con su esposo, pues le aseguro que tendrá muchos años de feliz matrimonio junto a su amado.
Pero si, por el contrario, no fue del todo agradable, no hay por qué preocuparse. Es normal y natural, porque la pareja empieza a conocerse, y está llena de inhibiciones, porque todavía no logran traspasar la barrera que aún los hace extraños. Todo marchará bien, siempre y cuando su marido no sea egoísta sexual, de esos que creen que la mujer está hecha solo para la satisfacción del hombre.
¿Porque las relaciones sexuales son mejores después de muchos años de compartir la vida en pareja? Porque sencillamente en la entrega no solo importa tal o cual técnica, sino que es una entrega donde está presente el amor y la vida de los dos. La expresión de la sexualidad se va mejorando porque la pareja va rompiendo inhibiciones, han descubierto en el trato erótico tal o cual caricia inexperta y asustadiza de los primeros meses. Amar mucho tiempo, toda la vida, a una misma persona, no es aburrido, todo lo contrario, es tener la posibilidad de vibrar al unísono cada vez más afinados.
¿Hay sexo sin límites? Sí, el descubrimiento mutuo en la pareja no tiene límites, solo la pareja descubrirá la forma de amarse. Ellos, en la medida que superan los temores, van derrotando la rutina, y el tedio. La pareja que ha sabido construir su vida íntima, no tiene qué saber cuando el otro quiere hacer el amor, y cuando no, porque la intimidad se manifiesta de manera espontánea.
La pareja sabe cuando un beso o una caricia puede terminar en una sesión erótica, y cuando simplemente un beso acentúa que el amor ha crecido. Quienes no tengan esta experiencia, es porque quedan algunos miedos qué vencer y superar.