El desamor es una de las experiencias de la vida que más te marcan: me estoy refiriendo a un amor no correspondido, a una traición o a un divorcio.
Estas son las tres situaciones más difíciles de superar. Sin embargo, todas las heridas, incluso las emocionales, se curan. Solo hay que dar tiempo al tiempo y tratar de no pensar en ello, tener claro el objetivo «OLVIDAR». Mejor recuerda lo bueno que viviste con esa persona. En medio del sufrimiento es posible hacer un repaso positivo de los hechos. Piensa que podrás aprender mucho de esta experiencia para poder analizar mejor una relación en el futuro.
Hay que darse tiempo, la impaciencia no es buena a la hora de curar un desamor porque todo proceso de curación es lento.
Céntrate en ti mujer. Lo más importante es el bienestar; por lo tanto, cuídate, mímate, haz cosas que te gusten y que no hacías antes, porque a “ÉL “no le gustaban, rodéate de personas positivas, si es posible viaja, en fin, hay un sinnúmero de cosas que se pueden hacer para no estar pensando todo el tiempo en lo que te hace daño.
Para llegar al punto de lo que estás pasando sobre el desamor, es cuando tu relación amorosa se convierte en algo sin valor, como diría yo: sin sal, simple, sin sabor. Cuando esto sucede, todo ese amor tan dulce y divino que sentían se acaba. Los motivos son muchos y varían según la actitud y comportamiento que opte cada uno.
Por lo general, la violencia es un factor primario en la pareja. La más común es la violencia emocional. Este tipo de violencia es la que no nos deja heridas físicas, pero, si nos hiere profundamente por dentro, y, sobre todo, baja de autoestima.
Una de las formas de violencia emocional es justamente el desamor, y el quemeimportismo. Millones de mujeres viven así, atrapadas en relaciones de pareja que son solo una máscara, un escenario vacío de afectos y de amor.
El amor y la relación de pareja hay que gozarla, no padecerla. Nadie está obligado a permanecer junto a aquel que no quiere. Sin embargo, muchas mujeres lo hacen, principalmente en nuestra sociedad hispana. ¿Por qué? Esta es una resignación fatal; y es la pregunta del millón.
Por otro lado, la mujer que se siente descalificada y desvalorizada por su pareja, entra en un estado de acostumbramiento porque ve cómo sus protestas o intentos por ser valorada, desaparecen. La persona que se acostumbra a no ser amada, pierde la fe, y comienza a no quererse, a no preocuparse por sí misma. Lo que le sigue es una probable depresión y estado de estrés emocional.
Al sentirse menos, comienza el pánico por ser abandonada y mal vista por la sociedad que la rodea. La mujer que sufre desamor es capaz de hacer cualquier cosa porque su pareja le preste atención, aunque reconozca que es muy tarde para una reconciliación.
Creo que no es solo la «sometida» la que se enferma y padece en la relación, el marido también siente que el ambiente es asfixiante.
Hasta que no se llegue a un acuerdo razonable, hay descontrol y maltratos. Ella se descontrola gritando, él agrede, ella calla, hasta que al final, y por lo general es la mujer la que se resigna y se condena a la soledad del desamor dentro de una relación que puertas afuera, puede parecer normal.
La verdad es que el desamor, y la ruptura final, es una de las experiencias de la vida que más te marcan; aunque aguantaron el maltrato emocional, sí se acumulan resentimientos e ira.
Y, para terminar solo les diré: si ya no hay amor, por qué aguantar los maltratos de la pareja. Habrá que pensar en disolver esa unión enfermiza y atravesar el duelo del amor. Es el fin de esa unión. El desamor es una enfermedad, hay que arrancarla del corazón, aunque te duela.
Aunque se lea tonto, dale la bienvenida al dolor, vívelo para que aprendas a ser más fuerte, y veras que algún día tu corazón estará listo para volver a amar.