Durante el encuentro ante Melgar, en el edificio perimetral de palcos suites del Estadio Monumental, saludé a Juan Reynoso. Solo le pude estrechar la mano deciendole con aprecio «Y dale U» y mirándole al rostro le pedí inmediatamente que nos clasifique a la próxima Copa del Mundo.
Se vienen los amistosos internacionales de la blanquirroja y su semblante al caminar raudo por el pasillo de occidente con un séquito de nueve colaboradores en la previa del partido era de preocupación. No es para menos, el torneo local tiente entre W.O. como entre otros tantos partidos aplazados que son reales autogoles, desde el arranque tanto para el nivel competitivo y organizativo complicando el proceso de selección del talento deportivo como para aquellos que se sientan frente a la TV a alentar con ilusión cada vez que se juega.
Sobreponerse a estos autogoles es necesario y será retador para todo el comando técnico en su conjunto. Es más, es un reverendo autogol la cancelación del torneo de reservas de manera inexplicable y lamentable. Es un retroceso para el desarrollo del fútbol peruano profesional. Hemos cometido clamorosos autogoles revisando solo los resultados de las selecciones juveniles de ambos géneros que participan pero no compiten continentalmente. Peor aún, si sumamos a los ex estelares de la última década de la selección absoluta ya no son protagonistas ni marcan la pauta noticiosa en sus respectivas ligas extranjeras y menos aún en el torneo local. En resumen, cómo estaremos de urgidos que fue un autogol también lo que nos dio el triunfo a nuestro amado Club Universitario de Deportes, pero que nos deja la sensación de que estamos complicados en este crucial relevo de la dirección técnica conflictuada en medio de la coyuntura nacional en la que convivimos a diario en el Perú.
Basta. Toda la afición está cansada y harta de la cantidad de autogoles que emergen desde la FPF como también de la desorganización del propio sistema de gestión del fútbol local. Si sigue esta situación no sólo complicará el futuro del fútbol peruano, sino que va a dañar el proceso de encabeza Juan Máximo Reynoso, siendo la blanquirroja nuestro única medicina para nuestra deteriorada salud mental nacional. En lo único que estamos de acuerdo todos, todos los peruanos, todos sin excepción, es que queremos ver a Perú en el próximo mundial, pero con tantos autogoles marcados desde el arranque de esta temporada estamos poniendo más cuesta arriba este objetivo nacional. Las pruebas ante Alemania y Marruecos serán la dosis que necesitamos para volver a cantar el himno que desde hace ya varios meses en muchas localidades del país ya no se canta con fervor. Tenemos que cambiar esta situación de una bendita vez. #BarretoRecomienda