Las últimas semanas alrededor del sector salud han sido complicadas respecto al control del avance del coronavirus pese a que los calendarios de vacunación se están ejecutando de forma rápida y eficiente. Esta no parece ser una medida única que pueda ejecutarse independientemente, sino por el contrario confirma una vez más que la prevención y gestión de salud deben fortalecerse hoy más que nunca y, pese a que deseamos volver tan pronto como se pueda a una vida similar a la que desarrollábamos antes de la pandemia, lo que debemos hacer actualmente es incidir en los cuidados necesarios para evitar que el virus y sus variantes vuelvan a afectar masivamente a la población peruana.
No parecen haber buenas noticias para el ámbito nacional ya que según cifras del Essalud en la última semana la cantidad de contagios subió un 40% respecto a la anterior, cifra que pone en alerta a los epidemiólogos debido a la latente posibilidad de una tercera ola agudizada por variantes más resistentes y, por tanto, con mayor posibilidad de incidencia en deteriorar la salud de forma más rápida. Sin embargo, lo que llama la atención respecto a esta cifra es el grupo etario al que pertenece: adolescentes, en su mayoría menores de edad, de determinadas zonas de Lima metropolitana.
Aunque es muy pronto para hablar de tendencias y nuevas olas, lo cierto es que estamos frente a fechas masivas en las que la población decide reunirse y frente a las que el Gobierno debe tomar acción para frenar cualquier situación que pueda poner en riesgo la salud general de la población. Una de estas ha sido la cancelación y prohibición de cualquier fiesta ya sea de Halloween o La Canción Criolla, ya que esto podría ser altamente contraproducente para los avances en control de la covid-19 que ha alcanzado la entidad de salud.
No obstante, esto no puede ser un hecho aislado frente a un todavía largo camino frente a la enfermedad. Mucho se discute actualmente del regreso a clases, el retorno total de eventos masivos, aperturas de espacios de recreación, playas, etc. Frente a ello, nuevamente, la prevención y la gestión serán fundamentales para el futuro próximo de la salud pública en el Perú. Mucho hay que demandar respecto al equipo y las directivas que tiene Essalud respecto a sus presupuestos y seguros universales; sin embargo, la labor que vienen realizando al momento tanto el personal de primera fila como los directivos ha sido fundamental para salvar y conservar la vida de millones de peruanos a nivel nacional. Es por eso que la estabilidad en el país ahora resulta apremiante. Un país sin dirección ni cabeza no estará a la altura de enfrentar una situación tan complicada como es una emergencia de salud y prueba de ello fue la situación sanitaria desbordante que vivimos el año pasado al momento de la vacancia de Vizcarra y las posteriores marchas contra Merino. Es decir, el costo de la inestabilidad política en una situación como esta será la vida de millones de peruanos.
Es por ello que hoy más que nunca debemos estar alertas respecto al avance que tenemos como sociedad. Si bien lo que se va a intentar en adelante es retornar a una normalidad bastante lejana, lo importante aquí es la forma en cómo se ejecuta y cuáles serán las medidas tanto de prevención como de contención de posibles eventualidades. La guardia nunca estará baja en la medida que el virus no esté controlado. Mientras, nos toca pensar que en este contexto de lucha el personal de salud trasnocha día tras día, por lo que cada decisión que tomemos está ligada a la vida de nuestros seres queridos y de quienes luchan desde los hospitales para que podamos volver a nuestras casas.