Decenas de miles de judíos israelíes participaron el miércoles (05.06.2024) en una marcha nacionalista en la parte ocupada y anexada de Jerusalén, que dejó escenas de tensión y se saldó con 18 arrestos, según la policía.
Los manifestantes, jóvenes en su gran mayoría, celebraron el Día de Jerusalén, que conmemora la toma de la parte oriental de la Ciudad Santa durante la guerra árabe-israelí de 1967.
El primer ministro Benjamin Netanyahu calificó de «milagro histórico» la conquista que puso fin a la división de la ciudad decretada tras la primera guerra árabe-israelí (1948-1949) que estalló tras la proclamación del Estado hebreo.
«Entonces, como ahora, estábamos rodeados de enemigos», dijo el primer ministro en referencia a la guerra en marcha desde hace ocho meses contra el movimiento Hamás, considerado terrorista por la Unión Europea, y a las hostilidades casi diarias con el grupo Hezbolá en la frontera norte con Líbano.
Cada año, esta marcha es foco de tensiones y malestar entre los palestinos, para quienes resulta un recuerdo doloroso de la pérdida de la ciudad que esperan convertir eventualmente en capital del Estado independiente al que aspiran.
Con música, danzas, multitud de banderas israelíes y cánticos nacionalistas y a veces racistas, el desfile terminó en el Muro de los Lamentos.
En su recorrido, decenas de adolescentes insultaron y lanzaron basura al propietario de un comercio árabe y también atacaron a varios periodistas, entre ellos un palestino al que propinaron patadas.
La policía señaló en un comunicado que 18 personas fueron detenidas por actos violentos y amenazas, entre ellas cinco adolescentes que agredieron a periodistas.
La ONU no reconoce y considera «ilegal» la anexión de Jerusalén-Este, pero Israel define la Ciudad Santa como su capital «unida e indivisible».