Al menos 257 personas han muerto y 188 han resultado heridas en Kenia como consecuencia de las devastadoras inundaciones provocadas por las lluvias torrenciales que han golpeado el país desde mediados de marzo y se prevé que remitan en los próximos días, informó este miércoles el Gobierno.
Los últimos datos difundidos por el portavoz del Gobierno keniano, Isaac Mwaura, señalan que en las últimas 24 horas se han recuperado los cuerpos sin vida de 19 personas, entre ellas 5 niños, lo que hace aumentar el balance global de víctimas mortales por las inundaciones de 238 a 257.
Asimismo, de acuerdo con las cifras facilitadas por Mwaura el martes, 75 personas se encuentran desaparecidas.
Además, más de 293.000 personas se han visto afectadas por las inundaciones, que han arrasado casas, carreteras y otras infraestructuras en todo el país.
Aunque el Gobierno alertó de que las fuertes lluvias pueden continuar en 31 condados de Kenia, la previsión del Departamento de Meteorología apunta a una remisión de las tormentas en los próximos días, y el presidente, William Ruto, ordenó la reapertura de las escuelas el lunes que viene.
El presidente anunció este miércoles que el Ejecutivo entregará fondos para la rehabilitación de las escuelas dañadas por las inundaciones y que se involucrará en la reparación de las carreteras afectadas.
Ruto declaró el próximo viernes festivo nacional para «recordar a los afectados por las inundaciones».
En una visita el lunes al suburbio nairobita de Mathare -con una población aproximada de medio millón de habitantes y fuertemente golpeado por las inundaciones-, Ruto prometió que todos sus vecinos recibirían ayuda económica para alquilar casas durante tres meses, «mientras el Gobierno restaura sus modos de sustento».
Sin embargo, muchos de los afectados en ese y en otros barrios marginales de la capital aseguran que no han recibido ninguna alternativa habitacional.
En este sentido, la organización Human Rights Watch (HRW) denunció que el Gobierno keniano no actuó a tiempo ni ha respondido de manera adecuada a las graves inundaciones, a pesar de las predicciones meteorológicas con las que contaba.