Amnistía Internacional documentó 13 muertes por las protestas en Nigeria. Manifestaciones que se iniciaron el jueves y cuyo detonante es la crisis económica que vive el país. Las movilizaciones tienen lugar tras el fracaso de las medidas de austeridad aplicadas por el presidente Bola Tinubu, que han provocado el aumento del coste de vida y de la inseguridad.
#EndBadGovernment (Fin al mal Gobierno). Es el ‘hashtag’, convertido en lema, de las manifestaciones en Nigeria, un país rico en petróleo y el más poblado de África.
Las marchas, convocadas por redes sociales por un plazo de 10 días, están inspiradas en las de otro país africano, Kenia, donde las protestas lograron revertir una reforma fiscal.
Las marchas, que se iniciaron el jueves, han sido respondidas con brutalidad por parte de la Policía, de acuerdo con denuncias de activistas. Se contabilizan varios muertos, decenas de heridos y centenares de detenidos. Cuatro estados del norte del país decretaron el toque de queda. La Policía nigeriana está en alerta roja y ha dicho que podría pedir ayuda a los militares.
Los organizadores de las protestas presentaron 19 demandas: en plena crisis económica, que está afectando, especialmente, a los jóvenes, en un país en el que la edad media se sitúa en 18 años.
Organizaciones y activistas denuncian brutalidad policial
“Es muy lamentable que hayan matado gente por salir a expresar sus preocupaciones sobre el país (…). Condenamos los asesinatos y pedimos a las agencias de seguridad que garanticen la protección de los manifestantes”, declaró a EFE por teléfono Olawale Okunniyi, jefe de coordinación del Frente de Acción Unida de la Sociedad Civil (UFCS, en inglés), uno de los grupos que lideran las protestas.
Distintas organizaciones de derechos humanos denunciaron el uso de balas reales, gases lacrimógenos y agua caliente. También calcularon que puede haber más de 20 muertos por la respuesta policial. Amnistía Internacional (AI) verificó 13.
«Nuestros hallazgos, hasta ahora, muestran que, el personal de seguridad, en los lugares donde se perdieron vidas, utilizaron deliberadamente tácticas diseñadas para matar, mientras lidiaban con grupos de personas que protestaban contra el hambre y la pobreza profunda», añadió AI en la red X.
Sin embargo, la Policía culpa a los manifestantes de la violencia y asegura que un agente murió en el marco de las protestas.
Las autoridades también han reportado decenas de saqueos e intentos de acceder a la Asamblea Nacional o al Tribunal Supremo. Estas afirmaciones han sido desmentidas por activistas y, al respecto, Human Rights Watch aseguró que las protestas «no requerían ese nivel de respuesta» de las fuerzas del orden.
Respuesta a las medidas de austeridad económica de Bola Tinubu
“No pararemos hasta que el Gobierno tome las medidas adecuadas”, dijo a EFE Tunde Ajayi, de 20 años, mientras levantaba los puños.
Es el reflejo de la juventud movilizada en Nigeria. Y una repetición del pasado, después de las movilizaciones de 2020, todavía en el recuerdo, cuya respuesta también fue brutal y en las que murieron alrededor de 70 personas.
También resuenan, pese a la distancia entre ambos países, las protestas de Kenia. El 26 de junio, el presidente William Ruto se vio obligado a retirar un aumento de impuestos, después de afrontar unas manifestaciones que dejaron al menos 50 muertos y que fueron lideradas por jóvenes exhaustos ante la situación económica.
Nigeria registró en junio un récord histórico de inflación del 34%. Esto ha provocado el aumento de precios de productos básicos como el arroz, el maíz y el ñame, que hoy son inasequibles para la población.
El enfado se dirige hacia el presidente Bola Tinubu, quien lleva apenas un año en el cargo. Sus medidas han sido tremendamente impopulares: en su discurso de proclamación anunció la eliminación de un subsidio a la gasolina. Esto ha tenido efectos devastadores en la economía y, pese a buscar fortalecer la naira, la moneda nigeriana, ha terminado por devaluarla. Tampoco han servido el aumento del salario mínimo o la distribución gratuita de cereales.
El Gobierno también eliminó un subsidio a la educación que ha encarecido las matrículas, lo que afecta a la mayoritaria población juvenil del país.
Mientras tanto, cuatro de cada diez nigerianos viven en pobreza extrema, lo que ha aumentado el número de niños gravemente desnutridos, según alertó el pasado junio Médicos sin Fronteras (MSF).
Paralelamente, se agrava la inseguridad en un país marcado por la violencia, en forma de secuestros, terrorismo y bandidaje.
El presidente Tinubu ha dicho que, pese a entender el dolor que han causado las reformas, esta es la única manera de recuperar la senda del crecimiento económico.
Nigeria es el país más poblado de África, con 213 millones de habitantes, una de las principales economías del continente y el mayor productor de petróleo.