La votación del plan de exención militar y reclutamiento de judíos ultraortodoxos tuvo lugar, en la Knéset (el Parlamento israelí), siguiendo líneas partidistas (63 votos a favor frente a 57 en contra), y solo se desmarcó de sus compañeros el ministro de Defensa, y parlamentario del Likud, Yoav Gallant.
El ministro ya había avisado que se opondría a un plan de reclutamiento que apenas contempla un ligero aumento de los reclutas ultraortodoxos, en un momento en que el Ejército israelí está críticamente necesitado de soldados por la guerra en Gaza y la tensión en la frontera con el Líbano.
Segunda lectura, de tres necesarias
El proyecto, presentado en una legislatura anterior y aprobado en primera lectura (las leyes israelíes necesitan tres lecturas para ser ratificadas), fue sometido a un voto procedimental que simplemente permite su envío a un comité, donde se espera que sea sometido a profundos cambios.
Técnicamente, los legisladores no están dando su apoyo al proyecto de ley, sino que simplemente permiten su paso a un comité donde el proyecto, incluso, podría quedar enterrado, ya que su primera lectura proviene de un Gobierno anterior (el de Yair Lapid y Naftali Bennet de 2021) y quedó en suspenso tras su disolución.
El reclutamiento de judíos ultraortodoxos es un asunto que ha provocado grandes divisiones dentro de la sociedad israelí y en el Gobierno, especialmente con la guerra en Gaza.
La Justicia israelí considera que la exención militar de los ultraortodoxos es discriminatoria y la fiscal general, Gali Baharav-Miara, avisó a comienzos de abril al estamento militar que debe comenzar a elaborar un plan de reclutamiento para los estudiantes religiosos tras expirar una disposición temporal que protegía la exención.