Papa Francisco revela detalles sobre corrupción y abusos en sus memorias
Una de las reformas más duraderas del Papa Francisco ha sido transformar el papado, adoptando una vida más sencilla y humilde. Esto se refleja en sus decisiones, como vivir en una casa de huéspedes en el Vaticano y llevar su propio maletín en el avión papal. Estas acciones han marcado un cambio significativo en el papado, según comenta el propio pontífice.
En su autobiografía titulada «Esperanza«, lanzada este martes, el Papa Francisco revela con sinceridad sus errores y malas acciones del pasado. Entre ellas, recuerda un incidente de su juventud, cuando tuvo una pelea con un compañero de estudios que perdió el sentido después de caer al suelo. A lo largo de sus memorias, subraya que, a pesar de su posición, sigue cometiendo «errores y pecados» y es consciente de ello.
Este enfoque es especialmente sorprendente porque, según la teología católica, el Papa es considerado «infalible» en cuestiones de fe y moral. En sus memorias, Francisco reflexiona sobre su reputación, expresando que siente que tiene una estima pública que no merece y se considera “no digno” de la admiración que muchos le han otorgado, a pesar de su reciente reconocimiento por parte del presidente Joe Biden.
Si bien el libro aborda varios momentos claves del papado de Francisco, como los intentos de asesinato que sufrió en 2021 durante su visita a Irak, no ofrece nuevos detalles sobre los escándalos que marcaron su pontificado. En particular, no profundiza en las controversias y oposiciones que enfrentó durante su papado, aunque menciona algunos aspectos difíciles.
Con respecto al escándalo de los abusos sexuales en la Iglesia Católica, el Papa explica que asumió la responsabilidad de los crímenes cometidos por algunos sacerdotes. Relata cómo, al comienzo de su papado en 2013, su predecesor, Benedicto XVI, le entregó una caja con documentos sobre los casos más complicados y dolorosos, como abusos, corrupción y otros problemas graves. Recuerda que Benedicto XVI le dijo: «todo está aquí, ahora te toca a ti».
El Papa de 88 años también dedica parte de sus memorias a reflexionar sobre los problemas globales actuales. Se describe como alguien siempre preocupado por la política y critica la situación de la guerra y el populismo, aludiendo a la historia de los años 30 en Alemania y el ascenso de Adolf Hitler. Francisco menciona que los jóvenes deben aprender sobre los peligros de los populismos distorsionados, recordando cómo el populismo en Alemania fue fundamental para la ascensión de Hitler.
El tema de los refugiados, al que Francisco ha dedicado gran parte de su pontificado, también es personal para él. Relata que sus propios abuelos y su padre casi emigran a Argentina en 1927, pero el barco en el que iban a viajar se hundió. Esta experiencia le ha hecho ser especialmente sensible hacia los peligros que enfrentan los migrantes, criticando a los países que producen armas pero luego rechazan a los refugiados generados por esos mismos conflictos.
La humildad de Francisco tiene raíces profundas en su infancia en Buenos Aires, en el barrio de Flores. Allí vivió en una comunidad diversa, pero también fue testigo de las duras realidades sociales como la prostitución y el sistema carcelario. De hecho, como obispo en Buenos Aires, ayudó a prostitutas y recuerda cómo administró los últimos sacramentos a una trabajadora sexual de su barrio.
A lo largo de su papado, el Papa Francisco ha insistido en la importancia de la misericordia de Dios. En sus memorias, expresa que no olvida a las personas que conoció en su camino pastoral, como las mujeres transgénero que lo conocieron en el Vaticano. Francisco reafirma su posición de que Dios «ama a las personas homosexuales tal como son» y subraya su apoyo a la comunidad LGBTQ+.
Las memorias de Francisco muestran su capacidad para conectar con personas más allá de la Iglesia. El libro, que se escribió en colaboración con Carlo Musso y fue publicado en más de 80 países, refleja la influencia que tiene el Papa en un público global. Su autobiografía anterior, «Vida», fue publicada el año pasado, y «Esperanza» se ha adelantado para coincidir con el año jubilar de la Iglesia Católica.
En cuanto a su futuro, Francisco señala que no ha considerado renunciar, aunque reconoce que es una posibilidad. Habla sobre sus problemas de salud recientes, pero afirma que actualmente goza de buena salud y se somete a fisioterapia dos veces por semana. A pesar de su edad, sigue comprometido con su labor y, a pesar de haber renunciado a vivir en el palacio papal, disfruta de la compañía de otros en la casa de huéspedes Santa Marta.
A lo largo de sus memorias, el Papa muestra una actitud humorística, como cuando cuenta cómo le sugirieron usar pantalones blancos en lugar de negros debajo de su sotana blanca. Francisco reflexiona sobre cómo decidió mantener sus pantalones negros, ya que no quería parecer un «vendedor de helados».