La Oficina de la ONU para los Derechos Humanos, con sede en Ginebra, sostiene que los bombardeos de Israel en Gaza podrían constituir crímenes contra la humanidad al implicar «ataques sistemáticos contra la población civil» en los que se «pudo haber violado sistemáticamente los principios de distinción, proporcionalidad y precaución en el ataque», según un informe publicado este miércoles (19.06.2024) que analiza seis de estos ataques en el conflicto.
El estudio se centra en los detalles de media docena de bombardeos perpetrados entre el 9 de octubre y el 2 de diciembre de 2023 contra edificios residenciales, campos de refugiados, una escuela y un mercado, en los que se verificaron al menos 218 muertes. Como el perpetrado contra un mercado de Jabalia, contra el que desde un principio se manifestó la ONU, o el que sufrió la escuela de Al Buraq. Los ataques, en los que se emplearon bombas GBU-31, GBU-32 y GBU-39, causaron un alto número de víctimas civiles y una enorme destrucción de objetos no militares, «planteando serias dudas sobre la aplicación de las leyes de la guerra en cuanto a respeto de los principios de distinción, proporcionalidad y precaución».
De acuerdo con el jefe de la oficina de la ONU, el alto comisionado Volker Türk, la norma de reducir al mínimo el daño a civiles en acciones bélicas «parece haber sido consistentemente violada en la campaña de bombardeos de Israel». Su oficina recuerda al publicar el informe que la campaña de bombardeos ha ido acompañada de declaraciones por parte de responsables de las fuerzas israelíes que reconocieron que su principal objetivo era causar el máximo daño.
Volker Türk pide que Israel identifique a los responsables
También se subraya que oficiales de las fuerzas de defensa israelíes llegaron a calificar como «bestias humanas» a todos los residentes de Gaza. El informe indica que las bombas utilizadas en los bombardeos estudiados tienen capacidad para penetrar en varias plantas de un edificio de hormigón y conseguir que éste se derrumbe. «Dada la densa población de las áreas contra las que se dirigieron estos explosivos, el uso de ellos, con unos efectos tan amplios en extensas zonas, es probablemente un ataque indiscriminado», prohibido por las leyes internacionales, defiende el estudio. También se denuncia que en cinco de los ataques no se emitió una alerta previa, lo que aumenta la convicción de que no se respetó el principio de precaución.
La ofensiva aérea y terrestre de Israel ha matado a más de 37.400 personas en el enclave palestino, según las autoridades sanitarias locales, controladas por Hamás. En tres de los ataques analizados el Ejército israelí dijo haber dirigido los bombardeos contra individuos relacionados con los ataques terroristas del 7 de octubre de 2023, aunque la oficina de la ONU subraya que «la mera presencia de un comandante o varios combatientes no convierte un vecindario entero en un objetivo militar». «Ello violaría el principio de probabilidad y la prohibición de ataques indiscriminados», insiste el informe de la oficina dirigida por Türk.
El alto comisionado pidió que Israel investigue estos incidentes con el fin de identificar a sus responsables para que rindan cuentas. El informe se publica horas antes de que se presente otro ante el Consejo de Derechos Humanos elaborado por la Comisión Internacional e Independiente de Investigación para Palestina sobre todos los hechos ocurridos desde los ataques del 7 de octubre en el que concluye que tanto las fuerzas de Israel como Hamás y otros grupos palestinos cometieron crímenes contra la humanidad.