Este domingo 30 de junio, Benjamin Netanyahu tenía previsto reunirse con el Comando Sur -encargado de la ofensiva en la Franja- y el ministro de Defensa, Yoav Gallant, para valorar la transición a la «fase C» del conflicto en Gaza.
Las conversaciones para implementar el plan de posguerra en la Franja se producen mientras, paralelamente, el Ejército combate en el norte y sur del territorio palestino.
En Rafah (sur de la Franja de Gaza), las fuerzas armadas buscan lograr el control total del territorio, y desde hace días presionan la parte occidental, incluyendo el campo de refugiados de Al Mawasi, al que recomendaron evacuar a los casi 1,4 millones de gazatíes que se hacinaban en esa zona.
Hoy, apenas 30.000 personas continúan en esta zona fronteriza con Egipto, según aseguró este domingo la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) a EFE, después de que miles huyeran por temor al avance israelí o acataran las órdenes de evacuación.
Durante sus operaciones, el Ejército israelí informó este domingo de que había encontrado un número significativo de accesos «que llevaban a la red de túneles» subterránea, de unos 500 metros de longitud y que pasa cerca de una escuela de la UNRWA.
Además, «soldados del batallón 931 llevaron a cabo búsquedas en el área en las que localizaron nueve plataformas de lanzamiento de cohetes», indicó el Ejército en un comunicado.
«Nuestras fuerzas están operando en Rafah, en Shujaiya y en toda la Franja de Gaza. Cada día eliminan a decenas de terroristas. Es una lucha dura que se libra en la superficie, a veces en batallas cara a cara, y en la clandestinidad», afirmó hoy Netanyahu.