Miles de jóvenes en Kenia han vuelto a salir a la calle este martes para reanudar las protestas contra el Gobierno a pesar de que el presidente, William Ruto, retiró finalmente la polémica ley que suscitó las manifestaciones hace ya semanas y que preveía una subida de los impuestos.
Las fuerzas de seguridad han vuelto a lanzar gas lacrimógeno en un intento por dispersar a los manifestantes en la capital, Nairobi, que han lanzado piedras contra los agentes de la Policía y han bloqueado varias carreteras.
En el puerto de Mombasa, situado en el sureste del país, cientos de personas se han unido también a las marchas para exigir a Ruto la dimisión después de que no se haya registrado reforma alguna del Gabinete tras los fuertes disturbios de la semana pasada, que dejaron decenas de muertos.
Las protestas se han extendido hasta otras grandes ciudades del país, donde la población ha exigido al Gobierno adoptar medidas para hacer frente a la corrupción y al gasto público, que consideran un «derroche», según informaciones del diario keniano ‘The Nation’.
La semana pasada, el Supremo de Kenia avaló el despliegue del Ejército en las calles del país para hacer frente a unos disturbios que se recrudecieron después de que decenas de personas irrumpieran en la sede el Parlamento y prendieran fuego al inmueble en el marco de las protestas contra la medida económica.
«Lo que sucedió el 25 de junio sirvió como una moción de censura contra el régimen de Ruto», ha aseverado el secretario general del opositor Movimiento Democrático Naranja, Edwin Sifuna, que ha instado al Gobierno a «hacer una reflexión honesta sobre su contribución a la situación actual» en el país.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos de Kenia ha criticado esta semana la respuesta dada por las fuerzas de seguridad a las protestas y ha descrito su intervención como «excesiva y desproporcionada», aunque también ha criticado las acciones de algunos manifestantes por provocar pérdidas materiales.