La Comisión Europea ajustó el martes (20.8.2024) a la baja su propuesta para imponer aranceles a la importación de vehículos eléctricos chinos. Si en julio planteó un arancel del 37,6 por ciento, ahora planea uno máximo del 36,3 por ciento.
Bruselas decidió imponer aranceles a los vehículos eléctricos procedentes del gigante asiático al considerar, tras una investigación de varios meses, que su penetración en el mercado europeo daña a los productores comunitarios por estar subvencionados de manera desleal.
En palabras de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, al anunciar la investigación hace ahora once meses, esto les permite inundar los mercados globales «con vehículos eléctricos chinos más baratos», a un precio que «se mantiene artificialmente bajo gracias a los enormes subsidios estatales».
Protección de empleos
Según Bruselas, las importaciones de este tipo de coches en la UE aumentaron desde el 3,9 por ciento en 2020 hasta el 25 por ciento registrado durante el periodo en el que llevó a cabo la investigación. Bruselas cree que el arancel previsto protegerá 2,5 millones de puestos de trabajo directos y 10,3 millones indirectos.
A la medida, que estaría en vigor durante un periodo de cinco años si nada cambia antes del 30 de octubre, se opone, entre otros líderes europeos, el canciller alemán Olaf Scholz, mientras que el presidente francés, Emmanuel Macron, se ha pronunciado a favor.