El nuevo presidente de Líbano ha solicitado al diplomático y jurista Nawaf Salam que forme el próximo gobierno del país, luego de que un importante número de legisladores lo nombraran como primer ministro el lunes. Esta decisión, sin embargo, generó una fuerte reacción en contra por parte del grupo político-paramilitar Hezbollah y sus aliados, quienes se opusieron abiertamente a la nominación de Salam.
Nawaf Salam, un nuevo liderazgo para Líbano
Salam, quien tiene 71 años, es actualmente el presidente de la Corte Internacional de Justicia y es considerado un líder con amplias credenciales internacionales. Su nominación como primer ministro fue respaldada por grupos políticos que apoyan la influencia occidental, así como por legisladores independientes en el Parlamento libanés. Además, la nominación de Salam cuenta con el apoyo explícito de Arabia Saudita y varias naciones occidentales. A pesar de la recepción positiva de su nombramiento por parte de la comunidad internacional, Hezbollah y sus seguidores decidieron abstenerse de presentar un candidato propio para el puesto de primer ministro, lo que refleja una división política considerable en el país.
El respaldo mayoritario de Nawaf Salam en el Parlamento libanés fue una señal de esperanza para muchos, ya que la elección de un líder con su perfil podría ser clave para desbloquear miles de millones de dólares en inversión y asistencia financiera de los donantes internacionales. Estos fondos se consideran esenciales para la reconstrucción de Líbano, que ha sufrido las consecuencias de años de crisis económicas y políticas.
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Reacciones de Hezbollah ante la nominación de Salam
Los legisladores de Hezbollah se abstuvieron de respaldar su candidatura, y el grupo expresó su escepticismo sobre la capacidad del nuevo gobierno para abordar cuestiones clave como la soberanía del país y la implementación de resoluciones internacionales relacionadas con el conflicto con Israel.
Mohammed Raad, jefe del bloque parlamentario de Hezbollah, manifestó su preocupación respecto a la política exterior de Salam, sugiriendo que la nominación de este candidato podría ser un intento de acercarse a Estados Unidos y otros aliados occidentales, lo que podría poner en peligro la postura autónoma de Líbano frente a la ocupación israelí. «Veremos sus actos cuando se trate de obligar a los invasores a dejar nuestro país, traer de vuelta a los prisioneros, la reconstrucción y la implementación de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU», afirmó Raad tras reunirse con el presidente Aoun.
La postura de Hezbollah resalta el enfoque polarizado que existe en la política libanesa, donde la influencia de actores internacionales y regionales, como Arabia Saudita, Irán y los Estados Unidos, sigue jugando un papel central en las decisiones del país.
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El impacto de la elección de Salam en Líbano
La nominación de Nawaf Salam como primer ministro también tiene un significado importante más allá de las tensiones políticas internas. Tras las negociaciones entre el presidente Aoun y los legisladores, Salam logró el respaldo de 84 diputados, mientras que su rival, el primer ministro saliente Najib Mikati, recibió solo 9 votos. La cifra de abstenciones también fue considerable, con 34 legisladores del total de 128 absteniéndose de votar.
¿Un cambio de rumbo para Líbano?
La nominación de Nawaf Salam también se da en un momento crítico para Líbano, ya que el país enfrenta una grave crisis económica y una creciente desesperanza popular. El desempleo y la pobreza han alcanzado niveles alarmantes, y las instituciones estatales están luchando por proporcionar servicios básicos a la población.
Algunos analistas sugieren que Salam, con su experiencia internacional y su apoyo de las potencias occidentales, podría ser la persona indicada para representar un cambio en la dirección de Líbano, especialmente si logra negociar el apoyo de Hezbollah y otros actores regionales clave. Sin embargo, otros se preguntan si su postura moderada y su relación con países occidentales le permitirán superar las profundas divisiones internas que caracterizan la política libanesa.