La investigación contra Le Pen gira en torno a una supuesta “apropiación indebida de bienes por personas que ocupan un cargo público”, “fraude en perjuicio de una entidad pública” y “falsificación y uso de falsificaciones”, indica la Fiscalía de París en un comunicado, sin dar detalles sobre el origen de esas sospechas. Las pesquisas, que han sido delegadas en un juez de instrucción, también buscarán aclarar si hubo un “préstamo de una persona jurídica a un candidato durante una campaña electoral” y, a su vez, la “aceptación por parte de un candidato de un préstamo de una persona jurídica”.
La investigación judicial, que solo se ha conocido ahora, fue abierta en plena campaña de la segunda vuelta de las legislativas, el 2 de julio, cuando el RN todavía lideraba la intención de voto en todas las encuestas. La decisión de abrir una investigación formal fue tomada después de que la brigada financiera de la Fiscalía de París realizara una pesquisa preliminar, tras recibir un informe en 2023 de la Comisión Nacional de Cuentas de Campañas y Financiación Política “concerniente a la financiación de la campaña presidencial de Le Pen en 2022″, ha explicado la institución judicial.
La comisión de cuentas vela por la transparencia financiera de los partidos y candidatos en campaña y verifica sus gastos durante las mismas, para garantizar que no han sobrepasado los límites legales y que el dinero no procede de fuentes irregulares. Su certificación le permite luego a las formaciones políticas demandar el reembolso de dichos gastos. Por el contrario, si la comisión encuentra irregularidades, puede emprender acciones legales, caso en el que se encuentra ahora la jefa del RN que, hace dos años, logró clasificarse por segunda vez a la segunda vuelta de las presidenciales para acabar derrotada por Emmanuel Macron.
Ni Le Pen ni su formación se han pronunciado por el momento sobre una investigación que añade una carga judicial más a un partido cuya financiación —en parte por préstamos de Rusia— lleva años despertando sospechas.
Pero Le Pen tiene un problema legal mucho más acuciante: a finales de septiembre, será juzgada junto con otras 24 personas de su formación por el desvío de fondos europeos entre 2004 y 2016. Los acusados son sospechosos de haber creado durante ese periodo un sistema de “empleos ficticios” para remunerar a personas que trabajaban para el partido de extrema derecha con fondos de la Unión Europea destinados a pagar a los asistentes parlamentarios de los eurodiputados, una estructura también usada indebidamente por otros partidos franceses. En el caso de que Le Pen fuera considerada culpable, podría enfrentarse a una pena que incluyera un periodo de inhabilitación para ejercer cargos públicos. Aunque lo más probable es que recurriera en ese caso, la sentencia podría ser un golpe duro a sus aspiraciones a volver a presentarse a las presidenciales en 2027.
El revés del domingo, cuando el RN se quedó en tercer lugar con 143 escaños en vez de rozar la mayoría absoluta, como indicaban los sondeos al comienzo de campaña, empieza a tener consecuencias en el seno de la formación. Un día después de que el candidato a primer ministro, Jordan Bardella, admitiera su “parte de responsabilidad” en el batacazo electoral, el eurodiputado del RN Gilles Pennelle ha dimitido de su puesto como director general del partido de extrema derecha, según varios medios franceses. Miembro del buró político de la formación, Pennelle era considerado el responsable del “plan Matignon”, el plan del RN responsable de prever toda la logística de la formación en caso de unas elecciones legislativas anticipadas como las que se acaban de producir. Parte de los errores reconocidos de la campaña del RN ha sido elegir como candidatos a varias personas con un pasado racista, antisemita o conspiranoico, como reveló la prensa sobre todo la última semana de campaña. Bardella inicialmente habló de unas pocas “ovejas negras”, pero ha acabado reconociendo que la formación ultra necesita hacer más “esfuerzos sobre la profesionalización de la implantación local y, quizás, la elección de ciertos candidatos”.
Junto con su alianza con el presidente escindido de Los Republicanos (LR) Éric Ciotti, el RN ha logrado aumentar sensiblemente su fuerza en la Asamblea Nacional, donde ha pasado de 88 diputados a 143. Un éxito que, sin embargo, ha quedado ahogado por la profunda decepción de un partido que creyó que iba a lograr colocar en Matignon, sede del primer ministro, a uno de los suyos por primera vez de forma democrática en la historia de Francia.