El Ejército israelí volvió a ordenar el jueves (08.08.2024) la evacuación de numerosos barrios orientales de la ciudad de Jan Yunis, en el sur de Gaza, asegurando que los milicianos palestinos «continúan disparando cohetes» desde estás áreas, en las que las fuerzas armadas ya llevaron a cabo una ofensiva a finales de julio que dejó unos 300 muertos.
El portavoz en árabe del Ejército, Avichay Adraee, difundió en la red social X el llamado «a los residentes que no han evacuado» las áreas de Al Salqa, Al Qarara, Bani Suhaila, Abasan, Khirbet Khuza’a, todas en el este y noreste de Jan Yunis, a huir hacia la «zona humanitaria» de Mawasi, donde ya miles de palestinos se hacinan en un enjambre de tiendas de campaña con pobres condiciones humanitarias.
Se espera nueva ofensiva
«Las fuerzas armadas actuarán enérgicamente contra estos elementos», alertó el portavoz castrense, en lo que prevé una nueva ofensiva allí donde el Ejército ya había dado por finalizadas sus actividades.
Poco después de emitir las fuerzas armadas su orden de evacuación, los servicios de Defensa Civil gazatíes anunciaron haber recuperado cinco muertos entre los escombros de una vivienda en Al Qarara, fruto de un bombardeo de al aviación israelí. Además, rescataron a dos heridos y continúan buscando a un desaparecido.
El 4 de agosto, Israel envió también órdenes de evacuación a los barrios de Lot, Manara, Maan, Qizan al Najar, Qizan Abu Rashwan, Salam y Hashash, en el sureste de la ciudad.
Unas 200.000 personas fueron evacuadas de Jan Yunis entre el 22 y el 27 de julio, durante la última incursión terrestre del Ejército israelí, que dejó gran parte de la localidad totalmente arrasada, según la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
Desde que comenzó hace 10 meses la guerra entre Israel y Hamás, grupo considerado terrorista por la Unión Europea y otros países, 30.699 personas han muerto y más de 91.700 han resultado heridas en Gaza, según los datos del Ministerio de Sanidad del enclave, controlado por Hamás.
Además, se estima que los cuerpos de unos 10.000 desaparecidos continúan enterrados bajo los escombros.