El Ejército israelí permitió por primera vez esta semana a la prensa internacional acceder a la localidad de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, desde que comenzara hace dos meses una incursión militar que ha dejado cientos de muertos y más de un millón de desplazados. Hace dos meses, antes de quelas tropas israelíes invadieran Rafah, la ciudad albergaba a la mayoría de los más de 2 millones de habitantes de Gaza. Hoy es una ciudad fantasma cubierta de polvo en la que apenas permanecen 50.000 personas, de los más de 1,4 millones que se refugiaron ahí tras el comienzo de la guerra, según las estimaciones de la ONU.
En un recorrido que llegó al centro de la ciudad, a bordo de vehículos militares descubiertos, el pool con los periodistas internacionales empotrados de la Asociación de Corresponsales Extranjeros, pudieron ver la devastación que afecta a gran parte de la infraestructura de la localidad, con edificios abandonados y semidestruidos, y montones de escombros junto a la carretera. El recorrido fue el pasado miércoles, pero no se han hecho públicos hasta este domingo (07.07.2024). El Ejército ha revisado además la información transmitida por algunas de las agencias antes de su publicación, aunque no consta que hayan pedido cambios.
Según Israel, los cuatro batallones de Hamás que quedaban en Rafah, motor principal de su incursión a comienzos de mayo, ya están prácticamente desmantelados. Aunque los combates continúan, podrían estar «cerca de terminar», como dijo el primer ministro israelí. «Hamás lo construyó todo en barrios civiles entre casas, entre mezquitas, entre la población, para crear su ecosistema del terror», explicaba a la prensa el principal portavoz militar, Daniel Hagari, durante el recorrido. En sus operaciones, los soldados han descubierto kilómetros de túneles utilizados por los milicianos palestinos para almacenar armamento o preparar emboscadas.
Muchos de los accesos se encontraban cerca del conocido como corredor Filadelfia, que bordea la frontera con Egipto, y que según Israel servía a Hamás para transportar armas hacia el interior del enclave. El miércoles, era visible una fila de camiones en el lado de Gaza de Kerem Shalom, pero los camiones apenas se movían, una señal de cómo la promesa de Israel de mantener la ruta segura para facilitar la entrega de ayuda dentro de Gaza ha fracasado.
Desde el comienzo del genocidio en Gaza, las fuerzas israelíes han atacado por tierra, mar y aire la Franja, dejando más de 38.100 muertos y 87.700 heridos, la mayoría de ellos civiles, según el Ministerio de Sanidad gazatí, controlado por Hamás. Además, unos 325 soldados israelíes han muerto, y 116 rehenes siguen retenidos en el enclave. Está previsto que el Gobierno de Israel y Hamás retomen esta semana en Egipto las conversaciones para un acuerdo de alto el fuego.