El Ejército de Israel detectó en la madrugada local de este lunes (12.08.2024) el lanzamiento de 30 cohetes desde el Líbano, cuyo lanzamiento se atribuyó la milicia chiíta Hezbolá, y que cayeron en espacios abiertos cerca de la ciudad de Nahariya, en el norte y a unos 10 kilómetros de la frontera.
Las Fuerzas Armadas israelíes confirmaron que ninguno de los drones de Hezbolá fue interceptado por los sistemas de defensa aérea israelíes.
«Los luchadores de la Resistencia Islámica (Hezbolá), el lunes 12 de agosto de 2024, bombardearon el recién establecido cuartel general de mando de la 146ª División en Ga’aton con cohetes Katyusha», anunció el grupo respaldado por Irán desde el Líbano, hacia las 2:20 de la madrugada, hora local (23:20 GMT).
El ataque no produjo víctimas, según el Ejército israelí, que, poco después de producirse el bombardeo, dijo estar «atacando las fuentes del ataque».
La frontera entre Israel y el Líbano vive su mayor pico de tensión desde 2006, especialmente en las ultimas semanas, después de que un bombardeo de Israel en Beirut acabara con la vida del ‘número dos’ de Hezbolá, Fuad Shukr.
Horas después, la muerte del líder de Hamás, Ismail Haniyeh, en un ataque en Teherán -del que Israel no ha confirmado ni desmentido su autoría- avivó aún más las tensiones en Oriente Medio, que ahora está a la espera del ataque en represalia, tanto del Líbano como de Irán, contra territorio israelí.
En su divisoria al norte, Israel y Hezbolá intercambian fuego diariamente desde octubre -cuando el grupo pro iraní comenzó a atacar a su vecino del sur en solidaridad con el pueblo gazatí-, y en estos choquen han muerto más de 600 personas, la mayoría en el lado libanés y en las filas de la milicia, que ha confirmado 372 bajas de milicianos y comandantes, algunas en Siria.
En Israel han muerto 48 personas en el norte, 22 militares y 26 civiles, incluyendo los 12 menores y adolescentes que perdieron la vida en la localidad drusa de Majdal Shams, en el ataque que desató el bombardeo israelí en Beirut.