El exministro de Defensa de Japón Shigeru Ishiba se impuso este viernes (27.09.2024) por más de la mitad de los votos en las elecciones primarias del gobernante Partido Liberal Democrático (PLD). De esta forma, se convertirá en el nuevo primer ministro del país una vez sea ratificado por la Dieta Nacional (Parlamento).
Ishiba (1957), quien también fue titular de Agricultura y Pesca, fue el candidato que sumó más apoyos en la segunda ronda de votos de los comicios internos del PLD, celebrados en la sede de esta fuerza en Tokio, y sucederá a Fumio Kishida al frente de la formación conservadora y del Gobierno. Era la quinta vez que Ishiba se presentaba como candidato a liderar su partido.
«Pondré todo lo posible de mi alma y mi cuerpo para que Japón sea un país de sonrisas y de seguridad, y apoyaré a la ciudadanía con sinceridad y valentía», sostuvo Ishiba tras resultar elegido con 215 de los 415 votos emitidos en la segunda vuelta de los comicios, donde se enfrentaba con Sanae Takaichi, actual ministra de Seguridad Económica y ganadora de la primera ronda de las primarias.
Quinto intento
La segunda vuelta fue celebrada después de que ninguno de los nueve candidatos que se postularon para liderar la formación nipona (cifra récord) obtuviera más del 50 por ciento de los votos en la primera ronda, realizada la mañana de esta misma jornada. Takaichi, que contaba con el apoyo del sector más conservador del partido, aspiraba a convertirse en la primera mujer en liderar los destinos de Japón.
El PLD ha gobernado de forma casi ininterrumpida desde hace décadas y ostenta una amplia mayoría, a pesar de los escándalos que han sacudido a la formación en el último tiempo, por lo que Ishiba debería ser elegido primer ministro el próximo martes en el Parlamento. En el cargo, deberá lidiar con las amenazas de seguridad regional, con una China cada vez más firme en política exterior y más cercana a Rusia y con los frecuentes ensayos de armas de Corea del Norte.
A nivel doméstico, tendrá la misión de reimpulsar la economía y atenuar los efectos en los hogares de la inflación y la caída del yen, que ha encarecido las importaciones.