Las autoridades iraníes anunciaron este lunes (28.10.2024) la ejecución del ciudadano germano-iraní Jamshid Sharmahd, que estaba encarcelado desde 2020, acusado de participar en diversos atentados. La familia del hombre, que tenía 69 años y residía en Estados Unidos, había denunciado su secuestro en 2020 en Dubái, desde donde habría sido llevado a la fuerza a Teherán.
Sharmahd fue condenado a muerte en febrero de 2023 por el delito capital de «corrupción en la tierra». «Después de pasar por el proceso judicial y la aprobación final de la decisión del tribunal por parte de la Corte Suprema, se ha ejecutado esta mañana la sentencia de Jamshid Sharmahd, líder del grupo terrorista Tondar», dijo el sitio web del Poder Judicial.
Sharmahd, un ciudadano alemán de origen iraní que se desempeñaba como periodista, fue capturado por las autoridades iraníes en agosto de 2020 mientras viajaba por Emiratos Árabes Unidos, según su familia. Irán, que no reconoce la doble nacionalidad, anunció su detención tras una «compleja operación», sin especificar cómo, dónde o cuándo fue capturado.
«Serias consecuencias”
El ciudadano germano-iraní fue condenado por participar, según la justicia persa, en un atentado contra una mezquita en Shiraz, en el sur de Irán, que causó 14 muertos y 300 heridos en abril de 2008. También fue acusado de liderar el grupo Tondar, que supuestamente pretende derrocar al gobierno de Irán, que lo califica de organización «terrorista».
Según el sitio web del Poder Judicial, Sharmahd era «un criminal terrorista» que trabajaba para el FBI, la CIA y el Mossad y «estaba acogido por países americanos y europeos y operaba bajo la compleja protección de sus servicios de inteligencia». El grupo Tondar, según las autoridades iraníes, habría planificado 23 atentados terroristas, de los cuales perpetró cinco.
El Ministerio de Exteriores alemán criticó la ejecución. «La muerte de Jamshid Sharmahd muestra una vez más la clase inhumana de régimen que opera en Teherán: uno que usa la muerte en contra de su juventud, su propia población y ciudadanos extranjeros”, dijo la titular germana de esa cartera, Annalena Baerbock, quien recordó que Berlín había dicho que «la ejecución de un ciudadano alemán tendría serias consecuencias”.