Los rebeldes hutíes de Yemen anunciaron el miércoles (28.08.2024) que dieron «permiso» a la comunidad internacional para remolcar con garantías de seguridad el petrolero griego ‘MV Sounion’, que sigue en llamas tras ser atacado la semana pasada por los insurgentes chiíes en el mar Rojo.
«Después de que varias partes internacionales, en particular de Europa, se pusieran en contacto con nosotros, les hemos permitido remolcar el petrolero en llamas ‘Sounion'», dijo en su cuenta de X el portavoz político de los hutíes, Mohamed Abdelsalam.
El ataque contra el buque, cargado con 150.000 toneladas de petróleo, tuvo lugar el pasado miércoles al oeste de Al Hodeida, una de las bases operacionales desde la que los hutíes lanzan sus ataques contra barcos supuestamente vinculados a Israel en apoyo a los palestinos de la Franja de Gaza.
Temen desastre ambiental
La amenaza de una catástrofe medioambiental ante un posible vertido de petróleo en el mar Rojo ha hecho saltar todas las alarmas, y la Misión Aspides de la Fuerza Naval de la Unión Europea (UE) en el mar Rojo ha pedido en reiteradas ocasiones el cese de los ataques contra la navegación comercial.
Sin embargo, el vocero de los hutíes afirmó que el ataque contra el ‘MV Sounion’ es «una demostración de la seriedad» del movimiento apoyado por Irán a la hora de cumplir sus amenazas, y repitió que el grupo seguirá realizando operaciones contra barcos que se dirijan a puertos israelíes «hasta que cese la agresión contra Gaza».
«Todas las compañías navieras vinculadas a la entidad sionista (Israel) deben comprender que sus barcos seguirán siendo vulnerables a los ataques», amenazó Abdelsalam, cuyo grupo ha atacado más de un centenar de embarcaciones comerciales desde el pasado 19 de noviembre y ha causado incluso muertes entre las tripulaciones.
La Misión Aspides recordó este miércoles que el ‘MV Sounion’ lleva en llamas desde el pasado viernes, 23 de agosto, cuando se detectaron incendios en varios puntos de la cubierta principar del buque, pero apuntó que, de momento, «no se ha producido ningún vertido de petróleo, el buque sigue fondeando y no se encuentra a la deriva».
El vertido de 150.000 toneladas de crudo, o un millón de barriles de petróleo, representaría una cantidad cuatro veces mayor que la del desastre del Exxon Valdez (1989), una de las mayores tragedias ambientales de Estados Unidos, que tuvo enormes consecuencias para la fauna de Alaska.