«Nos hemos preparado para una larga guerra de desgaste», escribió Yahya Sinwar, quien reemplazó el mes pasado como líder de Hamás al asesinado Ismail Haniyeh. Su carta, dirigida a Abdul-Malek al-Houthi, fue publicada por el canal de noticias hutí al-Masirah, este lunes 16 de septiembre de 2024.
Casi un año después del ataque de Hamás contra Israel que desencadenó el conflicto, las mediaciones de Catar, Egipto y Estados Unidos no han conseguido frenar los combates, que amenazan con expandirse por la región.
Israel se enfrenta a Hamás en Gaza y a Hezbolá en el Líbano
Hoy martes, la oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, anunció que incluían como objetivo de la guerra el «regreso seguro» a sus casas de los civiles desalojados del norte del país, cerca de la frontera con Líbano.
Horas antes, su ministro de Defensa, Yoav Gallant, advirtió que las perspectivas de evitar una escalada con Hezbolá «se están agotando» y defendió «la acción militar» como la única forma de garantizar este regreso de los evacuados.
El número dos de Hezbolá, Naim Qasem, dijo el sábado que su grupo «no tiene intención de ir a la guerra», pero que si Israel «la desencadena (…), habrá amplias pérdidas en ambos lados».
Esa zona es, desde octubre, escenario de intercambios de disparos casi diarios entre las tropas israelíes y el movimiento islamista libanés Hezbolá, respaldado por Irán, con el riesgo de convertirse en una guerra a gran escala.
Hamás busca «esfuerzos combinados» con hutíes yemenitas y Hezbolá libanés
En la carta a sus aliados hutíes, que controlan amplias partes de Yemen, también respaldados por Irán, Sinwar dijo que los «esfuerzos combinados» con estos movimientos proiraníes «romperán al enemigo y le infligirán una derrota».