Un atentado ocurrido en la ciudad de Mulhouse (Francia), cerca de la frontera con Alemania, ha dejado como resultado la muerte de un ciudadano portugués y tres agentes municipales heridos. El autor del ataque, identificado como Brahim A., un argelino de 37 años con un historial de terrorismo, fue detenido poco después del incidente. Este ataque ha reabierto el debate sobre las políticas de seguridad y migración en Francia, especialmente después de que se conociera que el autor, a pesar de estar fichado por terrorismo y tener problemas psiquiátricos, no había sido expulsado del país, a pesar de las reiteradas solicitudes de extradición.
El ataque y su autor
Brahim A. había sido condenado previamente por apología del terrorismo y se encontraba bajo una orden de expulsión de Francia. Sin embargo, el gobierno de Argelia rechazó las múltiples solicitudes de repatriación, lo que permitió que el hombre permaneciera en el país. El ataque tuvo lugar en la plaza del Mercado de Mulhouse, donde el autor, armado con un cuchillo, atacó a varios policías municipales mientras gritaba en árabe “Alá Akbar” (Dios es el más grande). Durante el ataque, un hombre de 69 años, que intentó interponerse para proteger a los agentes, fue fatalmente apuñalado, mientras que tres policías resultaron heridos.
El autor fue detenido en una calle cercana al lugar del atentado, y la Fiscalía Nacional Antiterrorista (PNAT) ha asumido la investigación, abriendo una causa por asesinato terrorista y tentativa de asesinato terrorista.
Foto de @LBleuBlancRouge
Las críticas a la falta de expulsión
El ministro del Interior de Francia, Bruno Retailleau, expresó su indignación durante una entrevista con el canal TF1, al señalar que el autor del ataque había estado en libertad en territorio francés a pesar de contar con una orden de expulsión. Según Retailleau, la falta de ejecución de esta orden es una grave falla del sistema. El ministro destacó que el ataque no solo fue un acto de terrorismo, sino que también estaba vinculado a los problemas migratorios y la incapacidad de Francia para manejar de manera efectiva el flujo de personas con antecedentes de terrorismo.
Retailleau subrayó que la legislación francesa debe cambiar para proteger mejor a los ciudadanos. En su intervención, insistió en la necesidad de establecer un régimen de «retención de seguridad» para las personas con trastornos mentales peligrosos una vez que salgan de prisión. Afirmó que es esencial que Francia actúe con más determinación frente a los terroristas y los migrantes ilegales para evitar que incidentes como este se repitan.
El contexto político: Migración y terrorismo
Para Retailleau, miembro del partido de derecha tradicional Los Republicanos (LR), el atentado en Mulhouse es un claro ejemplo de cómo el terrorismo islamista y los desórdenes migratorios están interrelacionados. A pesar de que el agresor tenía una orden de expulsión, esta no fue ejecutada porque Argelia rechazó las diez solicitudes enviadas por Francia para repatriarlo. En ese contexto, Retailleau propuso que Francia debería revisar el acuerdo bilateral con Argelia de 1968, que ofrece condiciones favorables a los ciudadanos argelinos para ingresar y permanecer en el país.
El ministro justificó esta postura al señalar que Francia ha hecho esfuerzos por mantener buenas relaciones con Argelia, pero lamentó que no haya recibido nada a cambio. Este choque diplomático y las dificultades en la cooperación con Argelia han sido puntos recurrentes en el debate político sobre la seguridad y la inmigración en Francia.
Reacciones internacionales y la víctima portuguesa
El ataque también ha tenido repercusiones fuera de Francia, ya que la víctima mortal del atentado era un ciudadano portugués de 69 años. El Ministerio de Exteriores de Portugal confirmó que la víctima era un emigrante en Francia desde 1992. Según las autoridades lusas, el hombre intentó intervenir durante el ataque para proteger a los agentes, lo que le costó la vida. El primer ministro de Portugal, Luís Montenegro, elogió la valentía de la víctima y expresó su pesar por el trágico desenlace.
El gobierno portugués ha ofrecido su apoyo a la familia del fallecido y ha reiterado su solidaridad con el pueblo francés ante este ataque terrorista. El primer ministro, en su mensaje a través de las redes sociales, señaló que la acción heroica del ciudadano portugués pudo haber salvado vidas, y destacó el sacrificio de quien, al intentar proteger a otros, perdió la vida en territorio francés.