El presidente de Austria, Alexander van der Bellen, ha resuelto este miércoles las diferentes reuniones con los líderes de los principales partidos políticos del país sin ofrecer a ninguno el mandato para conformar un ejecutivo debido a la falta de mayorías, por lo que ha pedido a las formaciones iniciar las conversaciones pertinentes para lograr consensos.
Van der Bellen, que ha asegurado que se trata de un caso «poco común» para la política austriaca, ha descartado también que sea el ultraderechista Partido de la Libertad (FPO) el que trate de formar gobierno dado que tampoco cuenta con el apoyo necesario para ello. «Es el momento de aclarar quién va en serio y quién no», ha dicho.
En este sentido, ha confirmado que el mandato no ha sido entregado a ningún partido ahora que ha podido dialogar con sus representantes. «Estamos en un punto muerto», ha aclarado, según informaciones recogidas por el diario austriaco ‘Die Presse’.
«¿Cómo salimos de aquí? Pues se necesitan al menos dos de los tres grandes partidos para una futura cooperación», ha puntualizado, si bien ha recordado que hasta la fecha lo más frecuente era confiar la búsqueda de un nuevo gobierno al líder del partido más votado.
Esta vez, sin embargo, ha aseverado que «hay un ganador con el que aparentemente ninguno de los demás quiera gobernar», según ha resaltado, una idea que ha sido reforzada por el actual canciller y líder de los democristianos del OVP, Karl Nehammer, y el líder de los socialdemócratas, Andreas Babler.
El líder del FPO, Herbert Kickl, ha asegurado que se ve «como ganador» y que está en condiciones de formar gobierno, pero ha insistido en que el ejecutivo tendrá que estar encabezado por él mismo.
«Necesito claridad», ha insistido van der Bellen, que volverá a reunirse con Kickl, Nehammer y Babler la próxima semana. «Solo así evitaremos perder un tiempo valioso. (…) No tiene sentido llevar a cabo negociaciones cuando se sabe que no conducirán a nada», ha aseverado.