El presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos Jr., ha anunciado la creación de un comité especial de Derechos Humanos en la que grupos activistas ven un intento de encubrir abusos perpetrados por las autoridades en el país.
En una orden presidencial publicada el domingo, Marcos indica que el nuevo organismo, dependiente de su Gobierno, pretende «mejorar los mecanismos de promoción y protección de derechos humanos en Filipinas».
El mandatario explica que el propósito es mantener y mejorar «los logros» bajo el programa conjunto con Naciones Unidas, que termina el próximo 31 de julio, a través de «un proceso con actores múltiples».
Entre las funciones de este comité figurarán la investigación y búsqueda de responsabilidades, la recolección de datos sobre violaciones de derechos humanos por parte de las fuerzas del orden, «expandir el espacio cívico y el compromiso con el sector privado» y un enfoque «basado en los Derechos Humanos» para el control de drogas.
Además, este comité también deberá «facilitar el acceso a mecanismos de compensación para víctimas de violaciones de derechos humanos».
Sin embargo, la creación ha sido recibida con suspicacia por grupos defensores de los derechos humanos, que lo ven como un posible instrumento de «propaganda» gubernamental.
«Sobre el papel suena fantástico», escribió en la red social X el investigador de Human Rights Watch Carlos H. Conde, quien mostró su preocupación por que se convierta «en un brazo propagandístico para defender al Gobierno contra acusaciones de abusos de derechos humanos».
En este sentido, Conde criticó que el nuevo organismo será liderado por el ya existente Comité Presidencial de Derechos Humanos, que, a su juicio, «no solo ha servido como apologeta del gobierno en abusos de derechos humanos» sino que ha tratado en el pasado de «desacreditar y socavar defensores de derechos humanos en Filipinas y otros países».
Además, Conde subrayó que al reemplazar al comité conjunto de Filipinas con Naciones Unidas, la ONU no tendrá ya un mecanismo de control de derechos humanos en Filipinas».
El activista señaló que Marcos no ha terminado la sangrienta guerra contra las drogas iniciada por su antecesor, Rodrigo Duterte, con al menos 652 muertes relacionadas con la lucha contra el narcotráfico en sus dos años de mandato, según el proyecto Dahas, de la Universidad de Filipinas.
Por su parte, la ONG Karapatan denunció en un comunicado recogido por los medios locales que el nuevo comité se crea «en un intento desesperado de maquillar la grave situación de derechos humanos en el país» y para «apaciguar la creciente indignación» tanto dentro como fuera del país por la situación de Filipinas en derechos humanos.