El expresidente de Sudán Omar Hasán al Bashir, derrocado en un golpe de Estado en abril de 2019, ha sido trasladado desde una instalación militar donde se encontraba detenido a un hospital situado en la ciudad de Merowe, en el estado Norte de Sudán, debido a su delicado estado de salud.
Junto a él han sido desplazados el exministro de Defensa Abdelrahim Mohamed Husein, el exministro de Juventud y Deportes Yusef Abdelfatá y el ex vicepresidente Bakri Hasán Salé, según ha indicado el abogado de Al Bashir, Mohamed al Hasán al Amin, al diario ‘Sudan Tribune’.
Esta decisión ha venido motivada a raíz de una petición de la defensa de los exfuncionarios y de un grupo militar llamado ‘Camaradas de Armas’ tras una serie de informes que indicaban la falta de un tratamiento necesario en el hospital militar de Wadi Seidna, lugar al que habían sido trasladados en marzo con el objetivo de ofrecerles una mayor seguridad en un momento de cruentos combates entre el Ejército y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF).
Cabe destacar que Al Bashir sufre de varias complicaciones relacionadas con sus 80 años de edad, al igual que Abdelfatá y Husein, mientras que Salé requiere de un seguimiento médico regular por su marcapasos.
Las autoridades de Sudán ordenaron en noviembre de 2022 el regreso a prisión de Al Bashir tras varios meses ingresado en un hospital a causa de su delicado estado de salud, si bien volvió a ser trasladado a un hospital tras el inicio de la guerra.
Sobre Al Bashir, condenado por corrupción, pesan dos órdenes de arresto del Tribunal Penal Internacional (TPI) por genocidio, crímenes contra la Humanidad y crímenes de guerra por los presuntos abusos cometidos bajo su mando en la región de Darfur.
A pesar de que las autoridades de transición sudanesas se mostraron abiertas a entregar al expresidente –juzgado además por el golpe de Estado militar de 1989, que derrocó al gobierno electo y le alzó al poder– al tribunal internacional, hasta ahora no se ha materializado.