Los moldavos aprobaron por estrecho margen el objetivo de blindar el proceso de adhesión a la Unión Europea en la Constitución, en un reñido referéndum que llevó a la presidenta europeísta a denunciar injerencias extranjeras, en una velada referencia a Rusia.
En su primera reacción oficial a medianoche del domingo, la mandataria Maia Sandu denunció «un ataque sin precedentes contra la democracia». El Kremlin exigió inmediatamente «pruebas» de estas «graves acusaciones» y denunció «anomalías» en el recuento de votos del referéndum, celebrado en esta exrepública soviética fronteriza con Ucrania.
En paralelo al referéndum, Moldavia celebró también el domingo elecciones presidenciales. Sandu, de 52 años, se impuso en la primera vuelta, pero aún deberá afrontar una difícil segunda ronda.
Durante el recuento de votos del referéndum, el no dominó durante mucho tiempo. Pero las papeletas de la diáspora cambiaron el resultado final, y tras el 99% del escrutinio, el sí se situaba ligeramente por delante, con el 50,28% de los votos, indicó la autoridad electoral.
«Grupos criminales, que actúan de común acuerdo con fuerzas extranjeras hostiles a nuestros intereses nacionales, atacaron a nuestro país a golpe de decenas de millones de euros, mentiras y propagandas», denunció la europeísta Sandu el domingo.
El objetivo, insistió es «hacer caer a nuestro país en la incertidumbre y la inestabilidad». La dirigente se expresará nuevamente a las 14.00 (11.00 GMT). Moldavia, de 2,6 millones de habitantes, está situado entre Rumania y Ucrania, invadido por Moscú en febrero de 2022. Cuenta con una región separatista prorrusa en el sureste de su territorio, llamada Transnistria y que alberga una guarnición de soldados rusos.
Moldavia, de 2,6 millones de habitantes, está situado entre Rumania y Ucrania, invadido por Moscú en febrero de 2022. Cuenta con una región separatista prorrusa en el sureste de su territorio, llamada Transnistria y que alberga una guarnición de soldados rusos.