Los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad gubernamentales y los partidarios del derrocado expresidente Bashar al-Assad han causado la muerte de al menos 642 personas en Siria desde el jueves, según el grupo de seguimiento independiente Red Siria de Derechos Humanos (SNHR, por sus siglas en inglés). Este grupo de observación con sede en el Reino Unido advirtió que el número real de víctimas mortales podría ser «mucho mayor».
En estos combates, las fuerzas gubernamentales sirias han sido responsables de la muerte de 327 personas, entre militantes armados y civiles, tras lanzar una operación de seguridad en decenas de aldeas de las provincias de Latakia, Tartous y Hama. Por otro lado, los militantes leales a al-Assad han matado al menos a otras 315 personas, incluidas 148 civiles y 167 miembros de las fuerzas de seguridad, según Fadel Abdul Ghani, director de la SNHR.
Aumento de las víctimas mortales en la violencia sectaria en Siria
Los enfrentamientos recientes en Siria constituyen el brote de violencia más grave desde la caída del régimen de al-Assad en diciembre, cuando militantes islamistas suníes derrocaron al líder sirio. La violencia ha escalado rápidamente, y el SNHR teme que el número de muertos podría seguir aumentando a medida que las tensiones sectarias se intensifican. “Prevemos que el número de muertos será mucho mayor”, señaló Abdul Ghani.
El Comité Internacional de la Cruz Roja ha expresado su profunda preocupación por la gran cantidad de víctimas y heridos en las provincias afectadas por los combates. La organización pidió a ambas partes que respeten los derechos humanos y traten a los detenidos «con humanidad y dignidad», además de proteger las instalaciones sanitarias y las infraestructuras esenciales como el agua y la electricidad.
Las fuerzas de seguridad sirias detienen a un hombre, sospechoso de ser partidario del antiguo régimen sirio, en Latakia. EFE/EPA/Mohamad Daboul
El impacto de los enfrentamientos en las comunidades alauitas de Siria
Las provincias de Latakia y Tartous, en la costa mediterránea de Siria, han sido epicentros del conflicto debido a su fuerte apoyo a al-Assad por parte de la comunidad alauita, de la cual el expresidente forma parte. Aunque muchos alauitas han entregado sus armas desde diciembre, otros continúan en resistencia contra el nuevo régimen. En los últimos días, más de 740 civiles de esta minoría han sido asesinados por las fuerzas de seguridad y otras facciones armadas que apoyan al régimen de al-Assad.
Esta represión sectaria se desató tras un ataque lanzado por grupos pro-Assad en Latakia, en el que decenas de miembros de las fuerzas de seguridad de la nueva administración siria fueron asesinados. Este ataque resultó en una violencia desmedida, con más de 700 muertes reportadas en los días siguientes.
El gobierno sirio promete restaurar la estabilidad tras la violencia sectaria
El presidente interino de Siria, Ahmad al-Sharaa, reaccionó ante los enfrentamientos en un discurso televisado, prometiendo perseguir a los responsables de los ataques contra el personal de seguridad del Gobierno. Sin embargo, también pidió a sus fuerzas de seguridad «garantizar que no se produzcan respuestas excesivas o injustificadas» ante las víctimas civiles.
El Ministerio de Defensa de Siria ha informado que las fuerzas de seguridad han logrado «restaurar la estabilidad» en las provincias costeras tras varios días de combates intensos. Según el portavoz del ministerio, las operaciones militares continuarán con el objetivo de «perseguir a los remanentes y oficiales del régimen derrocado».

Fotografía de los enfrentamientos en Jableh, provincia de Latakia, contra los combatientes leales al antiguo régimen del derrocado Bachar al Asad. EFE/Yahya Nemah
El regreso de la violencia sectaria en la Siria post-Assad
A medida que el nuevo régimen en Siria trata de consolidar su poder, los enfrentamientos con grupos leales al derrocado presidente Assad continúan complicando el panorama político y social del país. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) informó que las fuerzas de seguridad del nuevo gobierno han utilizado drones y artillería contra varias zonas rurales en Latakia y Tartous, lo que ha generado un clima de pánico entre los civiles.
La violencia más reciente pone de manifiesto los desafíos que enfrenta la administración de transición en Siria para lidiar con las fuerzas leales a Assad, que aún cuentan con un fuerte respaldo en algunas áreas del país, especialmente entre las comunidades alauitas.