El presidente electo de Irán, el reformista Masud Pezeshkian, ha recibido este domingo el permiso y las bendiciones del líder supremo del país, el ayatolá Alí Jamenei, para asumir la jefatura del Gobierno del país durante una ceremonia celebrada este domingo en Teherán, prolegómeno de su proclamación pública el próximo martes.
Pezeshkian se alzó como vencedor en las elecciones que terminaron a principios de este mes en la república islámica; un triunfo que supuso el retorno al poder de la corriente reformista tras dos décadas de gobiernos ultraconservadores y casi dos años después de las protestas más graves de la historia del país tras la muerte bajo custodia de Mahsa Amini, una joven kurdo-iraní fallecida cuando se encontraba detenida por llevar supuestamente mal puesto el velo islámico.
El nuevo presidente, que parte con la doble misión de convencer a los escépticos sobre sus intenciones aperturistas y de negociar políticas con el reaccionario Parlamento del país, ha recibido formalmente su tarea en la Jamaran Hussainiya, el domicilio del fallecido fundador de la república islámica, el ayatolá Jomeini, antes de presentarse a la nación como mandatario durante una segunda ceremonia el próximo día 30.
«Hoy ratifico el voto popular al sabio y honesto señor Masud Pezeshkian, y por la presente lo nombro Presidente de la República Islámica de Irán», ha manifestado el ayatolá Jamenei no sin recordar que la figura del presidente estará sometida, como siempre, a los designios del estamento clerical del país.
«Con sinceras oraciones y deseos de éxito para él, me gustaría recordar que el voto de la nación y mi apoyo permanecerán intactos mientras continúe su enfoque sea consistente con el camino recto del Islam y la Revolución», ha declarado el líder religioso durante su discurso, recogido por la agencia semioficial Tasnim.
Una vez concluya la ceremonia inaugural del martes, Pezeshkian tendrá dos semanas para presentar a su nuevo Consejo de Ministros. Todos sus candidatos serán sometidos al escrutinio del Parlamento de Irán, imprescindible para certificar su cargo.
CIERTOS GESTOS DE APERTURISMO
Con todo, Jamenei y Pezeshkian han dejado entrever durante la ceremonia de este domingo cierto giro en la política internacional del país en sus relaciones con Occidente, siempre y cuando perciban gestos recíprocos por parte de sus interlocutores.
Jamenei ha indicado que Irán ha sido «maltratado en los últimos años» por los estados occidentales, en particular a través de sanciones que sofocaron su economía y sus exportaciones de petróleo, pero también ha añadido que podría reconsiderar sus prioridades diplomáticas con Occidente «si cambian su mala conducta».
Pezeshkian, por su parte, ha reiterado su compromiso de perseguir una diplomacia externa «constructiva y efectiva» y enfatizado la necesidad de unificar el panorama político profundamente fragmentado de la nación. «Solo podremos superar los obstáculos a través de la convergencia y el apego a la ley», ha manifestado.
Esta misma semana, Jamenei declaraba cierta disposición a reactivar las paralizadas conversaciones sobre el acuerdo nuclear entre Irán y la comunidad internacional, ahora mismo prácticamente muerto desde la retirada unilateral de EEUU en 2018 y la restauración de unas sanciones a Teherán que «podrían desaparecer mediante medios honorables».
MOHAMED REZA AREF, NOMINADO COMO VICEPRESIDENTE
La radiotelevisión estatal de Irán, IRIB, ya ha avanzado que Pezeskhian ha nombrado al también reformista Mohamad Reza Aref, como su candidato a vicepresidente primero del país, pendiente de la ratificación parlamentaria.
Para Aref, de 72 años, la confirmación en el cargo significaría un retorno al puesto que ya ocupó entre 2001 y 2005, a las ordenes del último presidente reformista del país, Mohamad Jatami.
Aref también fue candidato en las elecciones presidenciales de 2013, pero se retiró en favor del clérigo Hasán Rohani, una figura relativamente moderada dentro del campo conservador, que acabó alzándose con la victoria.