El ministro principal de Gales, Vaughan Gething, ha anunciado este martes su dimisión como jefe de Gobierno y líder del Partido Laborista galés apenas cuatro meses después de conseguir la victoria en las elecciones primarias y tras perder una moción de censura a comienzos de junio que, aunque no le obligó a abandonar el cargo, dejó patente la falta de apoyos entre sus propios compañeros de partido.
«Después de haber sido elegido líder de mi partido en marzo, esperaba que durante el verano pudiera tener lugar un periodo de reflexión, reconstrucción y renovación bajo mi liderazgo (…) Ahora reconozco que esto no es posible», ha manifestado Gething en una declaración recogida por la prensa británica.
Así las cosas, el todavía ministro principal ha aprovechado la ocasión para defenderse de las acusaciones de financiación ilegal de su campaña a las primarias laboristas. Los conservadores presentaron una moción de censura contra Gething después de conocerse que un empresario condenado había hecho una importante donación a su campaña.
«La creciente afirmación de que se ha producido algún tipo de irregularidad ha sido perniciosa, tiene motivaciones políticas y es manifiestamente falsa (…) En once años como ministro, jamás he tomado una decisión que me favoreciera personalmente», ha manifestado Gething, que aseverado que «no ha comprometido» su «integridad».
«Lamento que la carga de las pruebas ya no sea un elemento importante en el lenguaje de nuestra política. Espero que eso pueda cambiar. A quienes en Gales se parecen a mí, muchos de los cuales sé que se sienten personalmente heridos y preocupados por este momento, les digo que nuestro país puede ser mejor», ha remachado.
Finalmente, Gething ha destacado que a continuación se centrará en abordar un posible calendario para la elección de su sucesor tanto al frente del Partido Laborista de Gales como a los mandos del Ejecutivo galés. Gething ha participado a continuación en una reunión con los parlamentarios laboristas.
STARMER APOYA A GETHING Y LOS INDEPENDENTISTAS PIDEN ELECCIONES
Las reacciones a la noticia no han tardado en sucederse y uno de los primeros en salir al paso ha sido el primer ministro británico, el también laborista Keir Starmer, quien en su perfil oficial de la red social X ha publicado un comunicado en el que agradece a Gething sus servicios y ensalza sus logros.
«Vaughan debería estar enormemente orgulloso de ser el primer líder negro de cualquier país de Europa», ha señalado un Starmer que dice entender cuán difícil ha sido la decisión que Gething ha tomado pero que también sabe que «él siente que es la mejor decisión ahora para Gales». «Le deseo todo lo mejor», ha zanjado.
Por su parte, el líder del partido independentista galés Plaid Cymru, Rhun ap Iorwerth, ha abogado por la celebración de elecciones anticipadas, incidiendo en que el país podría tener un tercer líder laborista en apenas siete meses en lo que considera sería «una puerta giratoria del caos».
«Se debe dar al pueblo de Gales la oportunidad de elegir a un nuevo gobierno y deben convocarse elecciones», ha defendido, según recoge la BBC. La convocatoria de elecciones debe ser respaldada por al menos dos tercios del Parlamento galés (Senedd), en el que los laboristas cuentan con 30 de los 60 escaños.
Asimismo, el líder independentista galés ha incidido más tarde en que Gething ha tomado la decisión correcta, y ha empatizado con él después de haber estado «bajo una inmensa presión estas últimas semanas». «Nunca he dudado de su sentido de servicio público. Esta es una decisión que, sin embargo, deberían haber tomado hace semanas», ha dicho.
Respecto al adelanto electoral, el líder del Partido Conservador de Gales, Andrew Davies, ha rechazado tal escenario apuntando que sería una decisión demasiado «exaltada». «No creo que la gente quiera unas elecciones generales aquí en Gales», ha manifestado un Davies que asegura que lo que los galeses necesitan es «un liderazgo claro».
Reino Unido celebró hace menos de dos semanas unas elecciones parlamentarias anticipadas en las que, en Gales, los laboristas se impusieron con el 37 por ciento de los votos por delante de Plaid Cymru (14,8 por ciento) y los Liberal Demócratas (6,5 por ciento). Los conservadores, aunque lograron un 18,2 por ciento de los votos, no consiguieron ningún escaño, perjudicados por el sistema electoral británico.