Ante las posiciones enfrentadas de Israel y Hamas sobre las futuras condiciones de seguridad en Gaza, Estados Unidos ensaya distintas alternativas para lograr un cese del fuego que permita la libertad de los rehenes y el ingreso de ayuda humanitaria a la zona de conflicto.
Israel pretende controlar el denominado corredor Filadelfia que funciona como una frontera de hecho entre Gaza y Egipto. Ese corredor -14 kilómetros con distintas salidas ilegales- es utilizado por la organización terroristas para contrabandear armamentos, asistencia médica y alimentos.
Benjamín Netanyahu adelantó a la Casa Blanca que sin control del corredor Filadelfia, no habría cese del fuego en Gaza.
Hamas rechazó la posición del premier Netanyahu e insistió con la retirada de todas las tropas israelíes del corredor Filadelfia como condición sine qua non para pactar un cese del fuego de seis semanas.
Además de su posición sobre el corredor Filadelfia, Hamas tampoco permite que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) patrullen el corredor Netzarim, que utilizan los palestinos desplazados para avanzar por el centro de Gaza.
El temor israelí es que los desplazados transporten armas de contrabando o encubran a los terroristas que intentan regresar a sus antiguas bases de operaciones. Y por eso presiona para mantener el control de ese corredor, tras un eventual cese del fuego.
En este complejo escenario, los negociadores de Estados Unidos, Qatar y Egipto analizan diferentes alternativas que podrían encarrilar las conversaciones de paz. La principal opción es reemplazar a las Fuerzas de Defensa israelíes por tropas multinacionales de la ONU que patrullarían los corredores Filadelfia y Netzarim.
Israel ya fue sondeado al respecto, y antes que iniciara una nueva ronda de consultas en El Cairo, descartó esa posibilidad con un comunicado oficial.
“La información que asegura que se está estudiando la idea de situar una fuerza multinacional a lo largo del corredor de Filadelfia, es incorrecta. El Primer Ministro Netanyahu insiste en el principio de que Israel controle el corredor de Filadelfia para impedir que Hamás se rearme, lo que le daría la capacidad de repetir las atrocidades del 7 de octubre”, sostiene el comunicado.
La posición contraria de Israel a las fuerzas multinacionales de la ONU se complementó con la decisión de enviar desde Jerusalem a El Cairo una delegación de alto nivel que insistirá con el control de los dos corredores en disputa. La comitiva está encabezada David Barnea, director del Mossad; Ronen Bar, a cargo del Shin Bet; y Eliezer Toledano, jefe de la Dirección de Estrategia del Estado Mayor.
Barnea, Bar y Toledano plantearán a los representantes de Estados Unidos, Qatar y Egipto que Israel acepta desplegar menos tropas en los corredores de Filadelfia y Netzarim para facilitar las conversaciones de paz.
La nueva iniciativa de Netanyahu está a consideración de Hamas, y en El Cairo los negociadores de Estados Unidos y Qatar no tienen muchas expectativas. A Hamas no le importa que Israel disminuya la dotación militar en Filadelfia y Netzarim, lo único que le interesa es que abandone el patrullaje de esos dos corredores con valor táctico.
Desde esta perspectiva, las negociaciones en El Cairo pueden terminar en fracaso.
Y ese fracaso puede causar un efecto dominó que coloque a Hezbollah en el Líbano, las Fuerzas Revolucionarias de Irán y los Huties de Yemen en la única posición de atacar a Israel para vengar las muertes de los líderes terroristas Ismail Haniyeh y Fuad Shukr.
Si la ronda de conversaciones en Egipto cae, la situación de los rehenes se tornará más compleja. No se sabe cuántos permanecen con vida y adónde están los cadáveres de los secuestrados que murieron en Gaza. Hamas se resiste a entregar una lista definitiva con el cuadro de situación, pese a los constantes reclamos de los negociadores de Estados Unidos y Qatar.
Las negociaciones continúan hoy en El Cairo, y aún no se definió si se extienden durante todo el fin de semana.