Corea del Norte lanzó varios misiles balísticos de corto alcance (SRBM) hacia el mar Amarillo este lunes, en lo que representa su primera prueba armamentística desde el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y en medio del inicio de unas maniobras conjuntas entre Seúl y Washington, según informó el Ejército surcoreano.
Los misiles fueron disparados desde la provincia norcoreana de Hwanghae a las 13:50 hora local (4:50 GMT), en dirección oeste. El Estado Mayor Conjunto (JCS) de Corea del Sur detalló que están analizando los pormenores del lanzamiento, y agregó que los misiles podrían ser SRBM con un alcance inferior a los 300 kilómetros.
Misiles balísticos y postura militar de Corea del Sur
El JCS también aseguró que las autoridades surcoreanas mantienen una estricta vigilancia y una postura de máxima preparación. El ejército de Corea del Sur continúa coordinando con Estados Unidos para reforzar su monitoreo de la situación. Si bien se están evaluando los detalles del lanzamiento, los informes iniciales sugieren que los misiles podrían haber sido de corto alcance, lo que indicaría que no hubo una amenaza inmediata a gran escala.
Los misiles de corto alcance lanzados desde Corea del Norte son especialmente relevantes en el contexto de las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, las cuales prohíben a Pionyang el lanzamiento de misiles balísticos de cualquier alcance. Esta acción constituye un desafío directo a la comunidad internacional y a las resoluciones de la ONU.
Respuesta de Corea del Norte a las maniobras conjuntas
El lanzamiento de misiles se da justo en el inicio de los ejercicios militares conjuntos Freedom Shield entre Seúl y Washington, los cuales comenzaron este lunes. Estos ejercicios de defensa anual han sido repetidamente denunciados por Corea del Norte como un «ensayo de guerra agresivo y confrontacional». Se espera que las maniobras se prolonguen hasta el 20 de marzo y cubran una serie de escenarios complejos, que incluyen desde ataques terroristas con drones hasta interferencia en sistemas GPS y ataques cibernéticos.
El entrenamiento, que se basa en el plan operativo de defensa de Corea del Sur ante una posible agresión norcoreana, también contempla simulaciones de guerra total en la península coreana. Además, se realizan entrenamientos en múltiples dominios como el aire, el mar, el ciberespacio y el espacio exterior. Este año, el número de ejercicios tácticos ha aumentado significativamente, pasando de 10 a 16, lo que refleja la creciente tensión en la región.
Pionyang y su rechazo al ejercicio Freedom Shield
En paralelo al lanzamiento de misiles, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Corea del Norte condenó de manera enérgica los ejercicios Freedom Shield, calificándolos de «provocación». Según Pionyang, el entrenamiento justifica la intensificación de su disuasión de guerra nuclear. En un comunicado publicado por la agencia estatal KCNA, Corea del Norte afirmó que estas maniobras son una excusa para que Washington lleve a cabo ataques preventivos contra sus instalaciones nucleares.
El régimen norcoreano describió el Freedom Shield como un «ensayo de invasión» y advirtió que la escalada militar podría desestabilizar aún más la península coreana. Pionyang también lanzó una advertencia de que un simple disparo accidental podría desatar un conflicto físico entre las dos partes. La retórica norcoreana refleja la creciente preocupación de Pionyang ante lo que perciben como una amenaza directa a su soberanía y seguridad.
Reacciones de Seúl y Washington
A pesar de las críticas norcoreanas, tanto Seúl como Washington han defendido firmemente que los ejercicios tienen un carácter puramente defensivo y son esenciales para la preparación ante posibles amenazas en la región. Las autoridades de ambos países han asegurado que las maniobras no están orientadas hacia una ofensiva contra Corea del Norte, sino que son fundamentales para fortalecer la capacidad operativa conjunta en caso de un conflicto.
El gobierno surcoreano y los funcionarios estadounidenses también han enfatizado que la alianza entre ambos países es crucial para la estabilidad en la región y para disuadir cualquier intento de agresión por parte de Pionyang. Seúl, además, ha expresado su compromiso con el objetivo de lograr la paz en la península coreana, a través de la diplomacia y de la preparación militar en paralelo.
La situación de los misiles balísticos y el futuro de la tensión
Este último lanzamiento de misiles balísticos de corto alcance por parte de Corea del Norte subraya las crecientes tensiones en la península coreana. Si bien los misiles lanzados no alcanzaron un alcance mayor, el acto demuestra la disposición de Pionyang para responder de manera contundente ante lo que considera una amenaza militar por parte de sus vecinos y los Estados Unidos. A medida que las maniobras militares de Seúl y Washington continúan, se espera que Corea del Norte mantenga su postura de firmeza.
A pesar de las tensiones, aún existe la posibilidad de que en algún momento se retomen las conversaciones diplomáticas entre las dos Coreas y entre EE. UU. y Corea del Norte. No obstante, con cada prueba armamentística, la situación parece alejarse aún más de una resolución pacífica, y el riesgo de una confrontación directa sigue siendo un tema delicado en la política internacional.
Este lanzamiento de misiles y las maniobras militares coincidentes en la región refuerzan la percepción de que las tensiones en la península coreana continúan siendo uno de los temas geopolíticos más complejos y volátiles del mundo.