A pie de playa en el noroeste de Francia, los líderes occidentales conmemoran el jueves (6.6.2024) el octogésimo aniversario del Desembarco de Normandía, que allanó el camino para liberar Europa de la ocupación nazi.
El presidente francés, Emmanuel Macron, invitó a los líderes de las potencias otrora aliadas: su par estadounidense, Joe Biden, el rey británico, Carlos III, y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, cuyas tropas desembarcaron el 6 de junio de 1944.
«Es con el más profundo sentido de gratitud que los recordamos a ellos y a todos los que sirvieron en ese momento crítico», dijo Carlos III en la localidad francesa de Ver-sur-Mer, donde rindió homenaje a los soldados aliados y a los civiles franceses que perdieron la vida, así como al coraje de la resistencia francesa. «Las naciones libres deben unirse para oponerse a la tiranía», afirmó el monarca.
Presencia de 200 veteranos
El presidente francés también invitó a unos 200 veteranos, los últimos supervivientes de las decenas de miles de soldados que arriesgaron sus vidas en las arenosas playas y acantilados de Normandía, a menudo lejos de sus hogares, bajo el intenso contrafuego alemán.
Macron también invitó a la ceremonia en Omaha Beach a dirigentes de las entonces potencias enemigas -el canciller alemán Olaf Scholz y el presidente italiano Sergio Mattarella- y al jefe de Estado ucraniano, Volodimir Zelenski, en un gesto enormemente simbólico.
Ausencia de Rusia
La gran ausente de la conmemoración es Rusia. Pese al alto precio que pagó la Unión Soviética en la victoria final (27 millones de muertos civiles y militares), el presidente ruso Vladimir Putin no fue invitado, al contrario que hace 10 años. El motivo de su ausencia es su invasión de Ucrania.
«Esta guerra es una traición a los mensajes» del Día D, explicó Macron al programa de televisión Quotidien para justificar la no invitación de su par ruso, a quien había «escrito». Las potencias occidentales quieren mostrar así su apoyo a Kiev. El presidente francés, quien advirtió en abril que Europa «puede morir» por la ofensiva rusa y no descartó en enero el envío de tropas aliadas a Ucrania, aprovechó las ceremonias del Día D para trazar un paralelismo con el actual conflicto ucraniano.