La comunidad internacional comprometió este lunes 7.500 millones de euros (unos 6.906 millones de dólares) en ayudas para los afectados por la guerra en Siria que dura más de trece años, a los refugiados y a las comunidades de acogida en Turquía, Líbano, Jordania e Irak.
«En la conferencia para Siria de 2024, la comunidad internacional demostró nuevamente que la gente en Siria, los refugiados sirios y sus comunidades de acogida no son olvidados», dijo el comisario europeo de Ayuda Humanitaria, Janez Lenarcic, en la red social X.
«Como apoyo, hemos recaudado un total 7.500 millones de euros (5.000 millones en subvenciones y 2.500 millones en préstamos), señaló el comisario al término de la octava conferencia internacional de donantes para Siria organizada por la UE, que reunió a Estados, incluidos los vecinos de Siria, y organizaciones internacionales como Naciones Unidas.
Dentro del montante global se incluyen los 5,4 millones de euros comprometidos por España para este año, así como los 2.120 millones de euros que entregará la UE este año y el próximo.
La UE destinará en concreto 560 millones de euros en 2024 y otro tanto en 2025 para apoyar a la población dentro de Siria y a los refugiados sirios y comunidades de acogida vulnerables en Líbano, Jordania e Irak, así como 1.000 millones de euros este año a los refugiados y comunidades de acogida en Turquía.
Lenarcic destacó que la UE y los Estados miembros juntos prometieron tres cuarta partes del total de las subvenciones.
«La situación en Siria es hoy más desesperada que hace un año. De hecho, nunca ha sido tan desesperada. Las necesidades humanitarias están en máximos históricos (…) No puedo decir que es peor que Gaza, porque nada es peor que Gaza, pero casi igual de mala», dijo el alto representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, en el discurso de apertura del foro.
El jefe de la diplomacia europea dijo que 6,7 millones de sirios, más del 70 % de la población, necesitan ayuda humanitaria, el nivel más alto desde el inicio de la guerra en 2011.
En estos trece años, medio millón de personas han perdido la vida por la guerra, cerca de 7 millones están refugiados en el exterior, y otros 150.000 están desaparecidos.
Borrell insistió en que la comunidad internacional tiene un «imperativo moral y pragmático» de seguir ayudando a los sirios ante las «enormes necesidades humanitarias y atroces violaciones de derechos humanos» y de seguir presionando para encontrar una solución «sostenible» a la crisis en línea con las resoluciones de Naciones Unidas.
«Los acontecimientos en la vecina Palestina deberían ser un fuerte recordatorio de que los llamados conflictos congelados explotan de vez en cuando, de repente (…) con consecuencias trágicas», dijo el alto representante, quien consideró que el conflicto en Gaza muestra la «urgencia» de buscar una solución a la crisis en Siria.
La cifra comprometida en la Conferencia es inferior a los 9.000 millones de dólares (unos 8.286 millones de euros) que Naciones Unidas considera necesaria para hacer frente al «desastre humanitario» en Siria.
«Los donantes, en particular, los países europeos no deberían dar por sentada la paciencia de los países de acogida. Alabarles es inadecuado si los recursos están cayendo y, con ese descenso, inevitablemente vendrán movimientos secundarios de refugiados hacia Europa. Acuérdense de 2015», dijo el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, aludiendo a la llegada ese año a la UE de más de un millón de refugiados, en su mayoría sirios.
«No podemos seguir haciendo esto a menos que tengamos vuestro apoyo», advirtió a sus socios internacionales el ministro de Exteriores jordano, Ayman Safadi, quien recordó que su país acoge a 1,3 millones de refugiados sirios pero apenas ha cubierto con financiación internacional el 29 % de su plan de respuesta a la crisis.