La tensión aumenta en Rusia ante la tardanza en recibir la esperada llamada telefónica del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a su homólogo ruso, Vladímir Putin. A pesar de las señales de disposición enviadas por Rusia, la Casa Blanca aún no ha tomado la iniciativa de establecer contacto oficial. Este retraso ha provocado inquietud entre las autoridades rusas, quienes insisten en la importancia de restablecer el diálogo político entre ambas naciones.
La larga espera de la llamada entre Trump y Putin
Desde la ceremonia de investidura de Donald Trump, han transcurrido casi dos semanas sin que se haya concretado la esperada llamada telefónica entre los presidentes de Estados Unidos y Rusia. Durante este tiempo, Trump ha establecido comunicación con otros líderes mundiales, como el presidente chino Xi Jinping y el primer ministro indio Narendra Modi, pero aún no ha contactado con el presidente ruso.
El viceministro de Exteriores ruso, Serguéi Riabkov, declaró a la agencia TASS que, aunque este tema es recurrente, no se han producido avances. “El restablecimiento del diálogo político es, sin lugar a dudas, necesario”, afirmó Riabkov, resaltando la urgencia de abordar diversos temas que requieren atención, como el conflicto en Ucrania, la expansión de la OTAN y la firma de nuevos tratados de desarme estratégico.
Vladimir Putin (i) se reúne Donald Trump (d), en una imagen de archivo. EFE/ Michael Klimentyev/sputnik/kremlin Pool
El conflicto en Ucrania: Un tema central de la conversación esperada
Uno de los temas más candentes que se espera abordar en la llamada entre Trump y Putin es el conflicto en Ucrania, que sigue siendo una de las principales preocupaciones para Rusia. La situación en Ucrania ha sido uno de los factores más tensos en las relaciones entre ambos países, y se espera que este asunto sea prioritario en las conversaciones entre los líderes.
Además del conflicto en Ucrania, otros temas de interés para Moscú incluyen la expansión de la OTAN y la creación de una nueva arquitectura de seguridad. La situación geopolítica actual exige un enfoque diplomático cuidadoso y la reactivación del diálogo entre las dos principales potencias nucleares.
Las señales de Putin a la Casa Blanca
Mientras el Kremlin espera la llamada oficial, Vladímir Putin ha estado enviando señales a la Casa Blanca a través de su portavoz, el periodista Pável Zarubin, quien tiene acceso directo al presidente ruso. Putin ha expresado su disposición a mantener conversaciones con Trump y a tratar los temas de interés común entre ambos países.
En sus declaraciones, Putin ha indicado que sería beneficioso para Rusia y Estados Unidos reunirse y hablar sobre los temas actuales. El presidente ruso también ha destacado que, si no hubiera habido interferencias en las elecciones de 2020 en Estados Unidos, la crisis en Ucrania podría no haberse producido. Este comentario refleja la postura de Putin sobre los eventos que, en su opinión, influyeron en el rumbo de la política internacional.
Imagen del Kremlin. EFE/EPA/Maxim Shipenkov
La negociación con Ucrania: El endurecimiento del tono de Putin
El 28 de enero, Putin expresó su opinión sobre el presidente ucraniano Volodímir Zelenski, quien, según el líder ruso, no tiene derecho a firmar acuerdos debido a su «ilegitimidad». Putin subrayó que, en su opinión, el presidente ucraniano no debería tener la autoridad para tomar decisiones importantes, ya que la Constitución de Ucrania no permite que el mandatario prolongue su mandato durante una ley marcial.
Este endurecimiento en el tono de Putin refleja las profundas diferencias políticas y diplomáticas entre Rusia y Ucrania, así como el estancamiento en las negociaciones para resolver el conflicto. La falta de avances significativos en las conversaciones y la creciente desconfianza entre ambos países han complicado aún más la situación.
Retraso en la asignación del embajador ruso en EE. UU.
La situación también se ha visto afectada por el retraso en la asignación del nuevo embajador ruso en Estados Unidos. Alexandr Darchíev, el nuevo embajador, aún no ha recibido el beneplácito necesario para comenzar su trabajo en Washington, lo que agrava la falta de comunicación entre ambas administraciones. El embajador anterior dejó el puesto antes de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, lo que ha creado un vacío diplomático.
Serguéi Riabkov, viceministro de Exteriores, reconoció que, aunque no están en una «zona de alarma», la situación se está acercando a un punto crítico. “Nos gustaría recibir una señal de Washington sobre una decisión positiva”, señaló Riabkov, enfatizando la necesidad de que ambas naciones restablezcan los canales diplomáticos.
A pesar de los retrasos y las tensiones, Rusia sigue abierta al diálogo y a la discusión de los asuntos más urgentes. Riabkov expresó su confianza en que la nueva administración estadounidense también esté interesada en normalizar las relaciones bilaterales. “Estamos abiertos al diálogo y a la discusión de los asuntos más candentes”, declaró, recordando que, para evitar caer en un «atolladero», es necesario que se respeten los intereses de ambas partes.