El gobierno militar de Burkina Faso suspendió durante tres meses la emisora Voice of America (VOA), financiada por Estados Unidos, tras unos comentarios sobre la insurgencia militante en curso en la región del Sahel.
La suspensión, anunciada el lunes, también incluye una prohibición temporal a que los medios locales utilicen informaciones internacionales.
La junta, que llegó al poder mediante un golpe de Estado en septiembre de 2022 (el segundo golpe de Estado de ese año), ha mostrado una creciente intolerancia hacia las críticas a medida que empeora la inseguridad. A pesar de las promesas iniciales de combatir la insurgencia, los líderes militares se enfrentan a una creciente frustración por su capacidad para proteger a los ciudadanos.
El Consejo Superior de Comunicación (CSC) acusó a la VOA de socavar la moral de las tropas de Burkina Faso y Mali durante un debate emitido el 19 de septiembre. El consejo se opuso a la caracterización que hizo el periodista de un reciente ataque en Bamako como «valiente» y afirmó que las operaciones de seguridad habían sido criticadas injustamente. Además, el CSC citó una cifra no verificada de muertos en un ataque de agosto en Burkina Faso que se saldó con numerosas víctimas mortales.
En su comunicado, la CSC declaró: «Toda sincronización de los medios nacionales con los internacionales queda suspendida hasta nuevo aviso». La VOA aún no ha respondido a las solicitudes de comentarios.
Las luchas continuas de la región del Sahel
Burkina Faso es una de las naciones del Sahel que se enfrentan a la violencia de grupos insurgentes vinculados a Al Qaeda y al ISIS, que se han expandido desde el vecino Mali desde 2012, causando miles de muertes y desplazando a millones de personas. El descontento público por la incapacidad del gobierno para garantizar la seguridad ha alimentado golpes militares en Mali, Burkina Faso y Níger desde 2020.
A principios de este año, Burkina Faso suspendió brevemente la VOA y otras emisoras internacionales, incluida BBC Africa, tras un informe de Human Rights Watch que acusaba a los militares de ejecuciones extrajudiciales, una afirmación que el gobierno niega.
En septiembre, la CSC también revocó las frecuencias de radio de la cadena francesa RFI, conocida por su cobertura del Sahel, sin dar explicaciones.
A medida que las libertades de prensa se ven cada vez más amenazadas, la situación en Burkina Faso refleja una tendencia más amplia de disminución de la libertad de prensa en la región.