Bangladés decretó toque de queda y desplegó a los militares para contener una ola de protestas que tomó fuerza este viernes (19.07.2024), sin que la policía pudiera impedir las marchas, frenar el asalto de una prisión ni sofocar los disturbios que han dejado 105 muertos.
Este país del sur de Asia está agitado por una movilización que comenzó a principios de julio con protestas de estudiantes contra un sistema de cuotas que reserva más de la mitad de los puestos de la función pública a ciertos sectores de la sociedad, incluidos los hijos de veteranos de la guerra de liberación de 1971 contra Pakistán.
Las manifestaciones derivaron en una movilización más amplia que plantea un desafío al Gobierno de autocrático de la primera ministra Sheikh Hasina, quien lleva 15 años en el poder.
Los disturbios de esta semana dejaron al menos 105 muertos, según un recuento de AFP basado en víctimas reportadas por hospitales.
«El Gobierno decidió imponer toque de queda y desplegar el Ejército en ayuda de las autoridades civiles», declaró a la AFP Nayeemul Islam Khan, secretario de prensa de la primera ministra.
El anuncio del Gobierno se produce después de que la Policía de la capital, Daca, tomara la drástica medida de prohibir las reuniones públicas, en un esfuerzo por frenar las protestas.
«Hemos prohibido todas las manifestaciones, procesiones y reuniones públicas en Daca hoy», dijo el jefe de la policía, Habibur Rahman, a AFP, añadiendo que la medida era necesaria para garantizar «la seguridad pública».
Eso no detuvo otra ronda de enfrentamientos entre la Policía y los manifestantes en la extensa megaciudad de 20 millones de habitantes, a pesar de un corte de internet destinado a frustrar la organización de las manifestaciones.
«Nuestra protesta continuará», dijo Sarwar Tushar, un manifestante que sufrió heridas leves durante una protesta en la capital que fue violentamente dispersada por la Policía.
La ONU condena la represeión
Los manifestantes asaltaron este viernes una cárcel en Narsingdi, a 50 kilómetros de la capital, y liberaron a los reclusos y prendieron fuego al edificio, indicó un oficial de policía a AFP que habló bajo condición de anonimato. «No sé el número de reclusos, pero serían cientos», agregó el agente.
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, condenó la represión, calificando los ataques de «particularmente chocantes e inaceptables».
Al menos 52 personas murieron el viernes en Daca, según una lista consultada por AFP en el hospital universitario de la ciudad.
El fuego policial fue la causa de más de dos tercios de las muertes reportadas esta semana, según los testimonios del personal del hospital.
La fuerza policial de la capital informó anteriormente que los manifestantes incendiaron, vandalizado y emprendieron «actividades destructivas» en numerosas comisarias y oficinas del Gobierno el jueves.
Entre ellas se encontraba la sede de la televisión estatal Bangladesh Television en Daca, que sigue fuera de línea después de que cientos de estudiantes indignados asaltaran las instalaciones y prendieron fuego a un edificio.
«Unos 100 policías resultaron heridos en los enfrentamientos», subrayó el portavoz de la policía metropolitana de Daca, Faruk Hossain. «Alrededor de 50 casetas policiales fueron quemadas», destacó.
Los estudiantes iniciaron la movilización ya que consideran que el sistema de cuotas actual favorece a los hijos de los grupos que apoyan a la primera ministra, pero los disturbios se han extendido a gran parte del país.