Un ataque israelí contra un vehículo humanitario en Gaza dejó cuatro personas muertas, en medio de confusión sobre los planes de viaje del convoy a través del enclave palestino devastado por la guerra, de acuerdo con la organización de ayuda American Near East Refugee Aid (Anera).
Según la organización, todas las víctimas eran locales palestinas que trabajaban para una empresa de transporte contratada por Anera. Decidieron viajar en el vehículo principal para garantizar la seguridad del convoy, pero las autoridades israelíes no les dieron el visto bueno, añadió.
Poco después de que el convoy salió del cruce fronterizo de Kerem Shalom el jueves, “cuatro miembros de la comunidad con experiencia en misiones anteriores y compromiso con la seguridad comunitaria” de la empresa de transporte Move One tomaron el control del vehículo principal, “alegando preocupación de que la ruta no era segura y corría el riesgo de ser saqueada”, dijo Anera.
La misión y la ruta del convoy humanitario fueron coordinadas con las autoridades israelíes. Sin embargo, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) dijeron que atacaron el vehículo que encabezaba la caravana porque los hombres que iban en el interior parecían estar armados, lo que supuso una violación del plan acordado.
“Tras confirmarse que solo se podía atacar el vehículo de los hombres armados, se llevó a cabo un ataque contra ellos”, dijeron las FDI en un comunicado el jueves.
Este viernes, las FDI enfatizaron que la presencia de “individuos armados” para liderar el convoy no había sido coordinada con ellas.
Anera dijo que el plan de transporte del convoy requería guardias de seguridad desarmados, y que las personas que murieron no fueron aprobadas de antemano. Los trabajadores humanitarios normalmente coordinan sus rutas con las FDI para moverse con relativa seguridad.
“Los cuatro miembros de la comunidad no fueron investigados ni coordinados de antemano, y las autoridades israelíes alegan que el vehículo líder transportaba numerosas armas”, dijo Anera.
El ataque aéreo, que de acuerdo con Anera se llevó a cabo sin previo aviso, no hirió a ninguno de sus empleados. Agregó que uno de ellos, que estaba en el segundo vehículo del convoy de ayuda, “presenció el incidente a corta distancia”.
“A pesar de este devastador incidente, entendemos que los vehículos restantes del convoy pudieron continuar y entregar con éxito la ayuda al hospital. Estamos buscando urgentemente más detalles sobre lo que sucedió”, dijo a CNN la directora nacional para Palestina de Anera, Sandra Rasheed.
La misión transportaba alimentos y combustible al hospital de la Media Luna Roja de los Emiratos Árabes Unidos en el sur de Gaza. Anera ha coordinado 24 envíos previos a ese hospital desde mayo.
El ataque se produce apenas unos días después de que un convoy del Programa Mundial de Alimentos fue atacado cerca de un puesto de control israelí, recibiendo “al menos 10 balas”, según la agencia de la ONU. El incidente llevó a la ONU a presentar una queja formal ante Israel, y ahora las FDI están revisando el incidente.
En abril, trabajadores humanitarios de otro grupo de lucha contra el hambre, World Central Kitchen, murieron en un ataque israelí mientras viajaban por Gaza en un automóvil, a pesar de que coordinaron su ruta e itinerario con las autoridades israelíes. Los ataques aéreos alcanzaron tres coches de su convoy, matando a tres británicos, un palestino, un ciudadano con doble nacionalidad estadounidense y canadiense, un australiano y un polaco.
La presión sobre Hamas, que gobierna Gaza, y el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha aumentado para que lleguen a un acuerdo de alto el fuego y liberación de rehenes, en un contexto de hambruna severa, escasez de agua, desplazamientos masivos y enfermedades en el enclave.
La campaña militar de Israel en Gaza ha dejado más de 40.000 palestinos muertos y más de 93.500 personas heridas, de acuerdo con el Ministerio de Salud de ahí. El Ejército israelí lanzó su asalto aéreo y terrestre en el aislado enclave, después de que Hamas atacó el sur de Israel el 7 de octubre, matando a unas 1.200 personas y secuestrando a más de 250, según las autoridades israelíes.