El asesinato de Ismail Haniyeh, máximo líder político de Hamás, en Teherán (Irán), se produjo con una bomba escondida desde hacía unos dos meses en el lugar donde se alojaba, y que estaba gestionado por la Guardia Revolucionaria, según publica The New York Times (NYT).
El Times, que cita a siete funcionarios de Medio Oriente, incluidos dos iraníes y uno estadounidense, en condición de anonimato, indica que la bomba había sido introducida de contrabando previamente en el país y que, una vez fue confirmado que Haniyeh estaba en su habitación, fue detonada con un control remoto.
Tanto Irán como Hamás han responsabilizado del asesinato a Israel, que no ha reivindicado autoría, y esa misma conclusión ha sido alcanzada por “varios funcionarios estadounidenses”, agrega el diario.
Además, se indica que funcionarios de inteligencia israelíes informaron a Estados Unidos y otros gobiernos occidentales de los detalles de la operación “inmediatamente” después.
Inicialmente se especuló con que el asesinato fue provocado con un misil procedente de un dron o un avión, lo que planteaba dudas sobre cómo Israel pudo evadir los sistemas de defensa aéreos iraníes, y el Times señala en su artículo que se debió a un “fallo de seguridad” y de la inteligencia iraní.
Haniyeh, que se encontraba en Irán por la investidura del presidente Masoud Pezeshkian, se alojaba en una casa de protocolo de la Guardia Revolucionaria, en la misma habitación en la que se hospedaba en sus frecuentes viajes a Teherán.