En declaraciones a los periodistas, el segundo comandante nacional de Emergencia y Protección Civil, Mário Silvestre, indicó que son ya cuatro las víctimas mortales que dejan las conflagraciones en el país.
El funcionario no ofreció detalles sobre la última defunción a causa del fuego pero añadió que son cerca de 50 los heridos. Los otros tres fallecidos, un bombero y dos civiles, fueron notificados el lunes.
Según las últimas cifras publicadas por la Autoridad Nacional de Emergencias y Protección Civil lusa, este martes hay 68 incendios en curso, 8 en resolución y 27 en conclusión.
Los más preocupantes se encuentran en las regiones Centro y Norte del país, con especial presencia en el distrito de Aveiro.
Por otra parte, en el terreno trabajan más de 4.900 efectivos, 1.500 medios terrestres y 19 medios aéreos.
El lunes se sumaron dos aviones anfibio Canadair españoles en el marco del Mecanismo de Protección Civil de la Unión Europea y se espera que se sumen otros seis de Francia, Italia y Grecia en las próximas horas.
Viviendas y alojamientos afectados
Las autoridades tienen constancia de varias viviendas, alojamientos rurales y locales comerciales que han sido afectados por las llamas en diferentes puntos del país.
Uno de los municipios afectados es el de Mangualde (distrito de Viseu, fronterizo con el de Aveiro), que engloba varias aldeas que ya han sido afectadas por el fuego.
Según pudo constatar EFE en el terreno, los vecinos de la zona se han organizado junto con los bomberos para construir bloqueos contra las llamas, que ya han afectado a varios edificios.
Azada en mano o con mangueras de sus propios domicilios, son decenas los habitantes que participan en cadenas humanas de prevención.
«Para ver si conseguimos proteger la parte de las casas, almacenamientos de los animales, y todas esas cosas», explicó a EFE António, un vecino de la localidad de Mesquitela, en Mangualde, con la cara tapada por una mascarilla para protegerse del intenso humo, arrastrado por los vientos.
Por otra parte, João Pedro, un joven brasileño habitante de la misma población, afirmó en declaraciones a EFE que empezó a sentir la llegada del humo de madrugada: «No se podía ver aquí cerca pero se sentía mucho olor de noche», aseguró.
Paula Santos es otra vecina preocupada por la situación, y ya conoce casas de amigos que se encuentran próximas a las llamas.
«Es muy preocupante ver todo ardiendo a nuestro alrededor. Es difícil, muy, muy difícil», aseveró.
El Gobierno de Portugal decidió este lunes prolongar la situación de alerta por peligro de incendio hasta el final del jueves, debido a esta ola de fuegos.