Por lo menos 72 personas, incluidos nueve soldados y la esposa de un militar, murieron luego de que unos hombres armados atacaron una localidad en el oeste de la República Democrática del Congo, informaron las autoridades, mientras la violencia se intensifica entre dos comunidades rivales.
El ataque fue el sábado en Kinsele, a unos 100 kilómetros (60 millas) al este de Kinsasa, la capital. Debido a la inseguridad y la deficiente infraestructura de la región, puede tomar días para que se den a conocer los ataques mortales.
Kinsele se encuentra en el territorio Kwamouth, donde las comunidades étnicas teke y yaka llevan dos años peleando, causando la muerte de cientos de civiles.
Los atacantes eran miembros de la milicia Mobondo, un grupo armado que se ha presentado como los defensores de los yaka.
“Hasta esta mañana (lunes 15 de julio), ya se han encontrado 72 cadáveres y la búsqueda continúa para encontrar otros cuerpos en el monte”, dijo David Bisaka, funcionario policial en Kwamouth, a The Associated Press en una entrevista telefónica.
Los servicios de seguridad en el lugar siguen buscando cadáveres “después de que el ejército consiguiera derrotar a esta milicia” por segunda vez en una semana, dijo Bisaka. La milicia Mobondo intentó atacar por primera vez la misma localidad el viernes.
Tras el ataque del sábado, entre los cadáveres encontrados figuran los de nueve soldados y una mujer, esposa de un militar, declaró a Radio Okapi, financiada por la ONU, el jefe de una aldea cercana, Stanys Liby.
El conflicto por la tierra y las reivindicaciones consuetudinarias en el territorio de Kwamouth estalló en junio de 2022 entre las denominadas comunidades “nativas” y “no nativas”, según la organización Human Rights Watch.
En junio de 2022 estallaron las tensiones por los derechos sobre la tierra y los impuestos consuetudinarios entre los teke, habitantes históricos de la región, y los agricultores de otros grupos étnicos, entre ellos los yaka, que se asentaron cerca del río Congo más recientemente.
El ministro de Defensa, Guy Kabombo Muadiamvita, visitó el lunes la provincia de Kwango, donde se encuentra la aldea atacada, para “sentir la realidad sobre el terreno”, dijo el ministerio en la red social X.
“La provincia de Kwango es la última barrera de seguridad para acceder a la ciudad-provincia de Kinsasa”, afirmó el ministerio, añadiendo que el ministro “prometió no escatimar esfuerzos” contra las milicias.
El ejército también lucha por contener una violencia más generalizada en el este del vasto país, que ha sido testigo de décadas de combates entre las fuerzas gubernamentales y más de 120 grupos armados. Muchos buscan una parte del oro y otros recursos de la región.
La violencia en el este ha empeorado en los últimos meses. A principios de este mes, un ataque de la milicia contra una mina de oro en el noreste del país dejó seis mineros chinos y dos soldados congoleños muertos.