El Senado de México aprobó este miércoles la reforma energética presentada por la presidenta Claudia Sheinbaum, con el objetivo de fortalecer el control estatal sobre el sector energético del país. La reforma pone énfasis en las empresas públicas Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Petróleos Mexicanos (Pemex), a las cuales se les otorga un papel prioritario dentro de la estructura energética nacional.
La propuesta fue aprobada con 81 votos a favor y 39 en contra, lo que refleja un amplio respaldo político en el Senado. Ahora, la reforma será enviada a la Cámara de Diputados para su discusión y posible aprobación antes de su oficialización y entrada en vigor. Esta reforma representa un paso importante en la política energética del país, en la que se prioriza la soberanía energética y se refuerza el control estatal sobre los recursos.
Nuevas leyes y modificaciones a las existentes
La reforma energética promovida por Sheinbaum introduce ocho nuevas leyes y modifica tres ordenamientos existentes. Entre los aspectos más destacados se encuentran la modificación de las leyes que rigen las empresas públicas del Estado, como la CFE y Pemex, buscando una mayor autonomía y flexibilidad en su operación, al tiempo que se asegura su control estatal.
En el caso de Pemex, la reforma permitirá que la petrolera estatal más endeudada del mundo pueda asociarse con empresas privadas en esquemas de inversión donde mantenga el control de los proyectos. Este cambio tiene como objetivo asegurar que Pemex pueda seguir siendo un actor clave en el sector energético, a pesar de las dificultades económicas que enfrenta.

Fotografía de archivo que muestra una gasolinera de Petróleos Mexicanos en Ciudad de México (México). EFE/ Sashenka Gutiérrez
Por otro lado, la reforma establece en la Ley del Sector Eléctrico que la CFE deberá generar al menos el 54% de la electricidad en México, mientras que el resto podrá ser producido por empresas privadas. Esta medida refuerza el papel de la CFE en el sector eléctrico, con miras a reducir la dependencia de fuentes externas y garantizar la estabilidad del sistema energético nacional.
Impulso a las energías renovables y recursos estratégicos
Una de las leyes clave dentro de esta reforma es la Ley de Planeación y Transición Energética, que orienta la política energética del país hacia una transición hacia fuentes de energía renovables. Esta ley promueve el aprovechamiento sustentable de la energía, con un enfoque en la reducción de emisiones contaminantes. La reforma también fomenta el desarrollo de biocombustibles como parte de la estrategia de diversificación energética, lo que contribuiría a lograr la autosuficiencia energética en México.
Imagen de archivo de una vista hoy del logo de Pemex cerca al busto del General Lázaro Cárdenas, en las oficinas generales de Pemex en la Ciudad de México (México). EFE/ Sáshenka Gutiérrez
Además, la reforma prohíbe la concesión de explotación de litio a empresas privadas, considerando este recurso como estratégico para la nación. El litio, que se utiliza en la fabricación de baterías para dispositivos electrónicos y vehículos eléctricos, es un recurso clave en la transición energética global, y México posee importantes reservas.
Creación de la Comisión Nacional de Energía y otros cambios
Dentro de los cambios propuestos por la reforma energética, se incluye la creación de la Comisión Nacional de Energía, un órgano técnico encargado de regular, supervisar e imponer sanciones dentro del sector energético. Este organismo tiene como objetivo garantizar un desarrollo ordenado y seguro del sector, promoviendo la eficiencia y sostenibilidad de las actividades energéticas en el país.
Además, se modifica la Ley del Sector de Hidrocarburos, lo que sienta las bases para la exploración y extracción de hidrocarburos, dando preferencia a Pemex. Esta medida busca garantizar que los recursos naturales del país se utilicen de manera estratégica y en beneficio de la soberanía energética de México.