Este martes, decenas de mujeres víctimas de violencia vicaria se manifestaron para solicitar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que atraiga un caso que busca modificar los criterios en materia de protección a madres e hijos que sufren este tipo de violencia.
Las mujeres, en su mayoría vestidas de novia, se concentraron en la estación de metro Chabacano, de la línea 2, para luego trasladarse hacia la estación Pino Suárez. El contingente llegó alrededor de las 11 de la mañana a la SCJN con la intención de entregar el recurso Amicus Curiae. Este documento, elaborado bajo la supervisión del Colegio Nacional de Trabajadores Sociales, tiene como objetivo establecer nuevos criterios para evitar que las víctimas de violencia vicaria sean criminalizadas durante los litigios familiares.
La lucha de las mujeres contra la violencia vicaria
La vocera del colectivo «Caso 992», Ingrid Tapia, habló durante la protesta y enfatizó la necesidad de que se reconozca el derecho de las madres a protegerse a sí mismas y a sus hijos. En sus palabras, no se debe criminalizar a las mujeres por proteger la integridad de sus hijos. Tapia expresó: “Llevamos marchando ocho años; pedimos que la Suprema Corte modifique varios criterios, especialmente el que permite que las mujeres sean penalizadas por intentar poner a salvo a sus hijos. Esto ha costado la vida de 88,000 niños”, señaló con profunda preocupación.
El «Caso 992» y su trascendencia
El “Caso 992” tiene un origen personal para Ingrid Tapia, quien ha sido víctima de múltiples formas de violencia: física, sexual, psicológica, patrimonial, económica y vicaria. Tapia enfrenta desde hace 16 años grandes obstáculos en su lucha por conseguir el cumplimiento de la pensión alimenticia de su exesposo. El agresor, un funcionario público que ocultó su paradero durante casi dos décadas, ha utilizado su posición para evadir la ley.
Este caso ha sido un motor para la creación del colectivo “Caso 992”, con el objetivo de sensibilizar a las autoridades sobre la necesidad de adoptar medidas efectivas para la protección de mujeres y niños que sufren violencia vicaria. Tapia también busca que se garantice que los deudores alimentarios cumplan con sus responsabilidades legales.
(Cuartoscuro)
Violencia vicaria: una forma de control
La violencia vicaria se describe como aquella ejercida por una persona con la que una mujer haya tenido una relación afectiva, como matrimonio o concubinato, con la finalidad de causarle daño a ella o a sus hijos. Este tipo de violencia busca separar a las madres de sus hijos e hijas y deteriorar el vínculo materno-filial, a través de medios como el maltrato, la amenaza o la manipulación.
Es importante resaltar que la violencia vicaria puede tomar diferentes formas, incluyendo la violencia psicológica, económica, sexual y física. También se considera violencia vicaria cuando se interponen procedimientos judiciales falsos o se realizan acciones procesales dilatorias con el objetivo de dificultar la convivencia o la custodia de los menores.
Consecuencias devastadoras de la violencia vicaria
Este tipo de violencia tiene consecuencias devastadoras. A menudo, provoca en las mujeres y los niños un sufrimiento emocional profundo, con riesgos de suicidio, feminicidio u homicidios. En muchos casos, el daño psicológico es tan severo que puede generar graves traumas a lo largo de la vida.
Al afectar a menores de edad, la violencia vicaria no solo les causa daño físico o emocional, sino que también altera su desarrollo y su capacidad para establecer relaciones afectivas saludables en el futuro. Los niños que crecen en un ambiente de violencia vicaria pueden enfrentar serias dificultades en su desarrollo emocional y social.
Foto: SSC
La importancia de modificar criterios judiciales
La petición a la Suprema Corte de Justicia de la Nación busca que los criterios existentes en materia de violencia vicaria sean modificados para proteger a las mujeres y a los niños de manera más efectiva. Tapia y su colectivo solicitan que se reconozca el derecho de las madres a tomar decisiones en beneficio de la integridad de sus hijos sin temor a ser penalizadas.
La manifestación no solo resalta el sufrimiento de las víctimas de violencia vicaria, sino también la necesidad de que el Estado mexicano implemente políticas más estrictas para prevenir este tipo de violencia y para garantizar que las mujeres y los niños puedan vivir libres de maltrato.
El apoyo social y las expectativas hacia la SCJN
A través del «Caso 992», Tapia y otras mujeres víctimas de violencia vicaria han logrado movilizar a diversas organizaciones sociales y defensoras de los derechos humanos. Este apoyo colectivo ha sido clave para visibilizar un problema que afecta a muchas mujeres y niños en México, pero que sigue siendo invisibilizado por las autoridades.
El recurso Amicus Curiae entregado a la SCJN tiene como objetivo crear una base legal más sólida para la protección de las víctimas, lo cual podría marcar un antes y un después en el tratamiento judicial de los casos de violencia vicaria. La Suprema Corte deberá analizar la petición y, de ser aceptada, modificar los criterios judiciales que actualmente perjudican a las mujeres y niños en estas situaciones.