La comunidad mexicana de Los Ángeles sigue con mucho interés el cambio de gobierno y la llegada al poder de quien será la primera mujer en conducir el destino de México.
Cristina Ramos, una inmigrante mexicana, sigue de cerca el curso de la política mexicana y tiene gran ilusión por quién será la primera presidenta en la historia de este país.
“Las mujeres ya en esta época hacemos buen papel en todos los campos; para presidenta me imagino que va a ser excepcional”, dijo Ramos, inmigrante mexicana.
Como Ramos, son millones de mexicanos radicados en Estados Unidos que esperan que el nuevo gobierno encabezado por Claudia Sheinbaum ponga más atención a los problemas y necesidades de los migrantes, muchos de ellos indocumentados que carecen de seguridad social o servicios médicos, entre otros apoyos, y a quienes se les ve tan solo como generadores de remesas.
«Nos sentimos como si fuéramos un cajero automático, realmente porque solo servimos para eso. Se nos ha llamado héroes, pero no lo vemos reflejado”, dijo Pedro Ramos, fundador de La Unión de Poblanos en el Exterior.
Economistas estiman que este año el monto total de las remesas enviadas por migrantes mexicanos será superior a los 65 mil millones de dólares, siendo la segunda fuente de ingresos después de la inversión extranjera y por arriba del turismo, recursos que benefician directamente a más de 10 millones de familias mexicanas.
“Hemos sido la columna vertebral de la economía de México; en los pueblitos de donde todos nosotros venimos hay una inyección de capital a través de las remesas y llega todo ese capital, porque ahí hacemos las casas, hacemos carreteras”, dijo Ramos.
Ramos señala que otra de las promesas de varios gobiernos en México, que aún sigue pendiente es la creación de la secretaria del migrante, proyecto que afirma garantizaría más atención y recursos, así como una mayor protección de los derechos humanos de quienes dejaron su país en busca de mejores horizontes.